Dani Fernández habla claro del momento en el que su carrera estuvo a punto de acabar: “Había gente que me dejaba de hablar”
El exitoso cantante ha pasado por 'La Tarde' para contar todos los entresijos de su carrera y ha revelado los momentos en los que todo pendía de un hilo
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Tiene todo el éxito que un artista podría desear: suena todos los días en las emisoras más importantes del país, ha colaborado con los artistas más carismáticos, y no hay nadie que, al menos, no se sepa el estribillo de una de sus canciones. Además, por supuesto, de llenar estadios.
Es Dani Fernández, que, a pesar de que tiene todo lo que un músico podría soñar, él sigue siendo aquel chaval de Alcázar de San Juan que imaginaba su carrera a lo grande. Y ahora que lo ha logrado, solo se puede ver que sigue manteniendo los pies en la tierra.
Su éxito, como el de todo buen artista, ha sido gradual: quedó en cuarta posición en Eurojunior en 2006, formó la boyband más importante del país en 2009 hasta el 2016, Auryn, y ahora, revienta el panorama musical con su carrera en solitario.
Él sabe que no ha sido fácil llegar hasta aquí, y por eso valora cada momento encima de un escenario. Porque sí, como él mismo recalca, hace música para conectarla con todos sus fans en el directo. “Hago discos para llevarlo al directo que es lo que más me gusta, cuando cantas contagia a la gente”.
Ahora, con un tercer disco en ciernes, 'La Jauría, pasa por 'La Tarde' para contarnos todas aquellas cosas de su carrera que nadie jamás ha conocido.
Los momentos en los que su carrera estuvo a punto de acabar
Si lo miras desde fuera, podría dar la sensación de que Dani Fernández lo tiene todo, pero un éxito como ese, solo es plausible cuando lo has trabajado desde el fondo.
Él sabe perfectamente que el éxito se construye y que, a veces, necesitas tocar fondo para impulsarte hacia arriba, por más doloroso que pueda resultar.
Y eso es lo que le pasó al artista hace unos años, cuando tenía que decidir si quería emprender un rumbo en solitario, o reestructurar toda su carrera.
Eso fue cuando Auryn terminó y, no solo eso, porque parte de su vida personal se vino abajo.
“Lo dejo con Auryn, con mi novia...Afrontar esa situación empecé a escribir sobre eso y así empiezo a creer mi proyecto” comenzaba diciendo.
Eso supuso un punto de inflexión en su vida que superó exitosamente, pero que no fue sencillo. “Cuando vienes de unos fuegos artificiales como era Auryn, volver a encontrarte a ti mismo, yo me había creado un personaje, me encontré a mí mismo en mi habitación, había gente que me dejaba de hablar, a lo mejor se te ha pasado y empiezas a dudar” decía.
“Ahí fue cuando tuve la suerte de encontrar a compañeros de trabajo, compositores que me dieron la mano y empecé a aprender a hacer canciones. Empecé a tener paciencia para poder afrontar lo que he ido viviendo” expresaba.
La importancia de ser uno mismo
Una vez superado ese bache en su carrera, Dani Fernández fue encontrando su propia identidad que da forma a su carrera y sin la que es imposible concebir al artista.
Sin embargo, eso es fruto de mucha reflexión y de escucharse a uno mismo, porque antes escuchaba mucho las opiniones ajenas y lo que el público esperaba de él. Así es, precisamente, como nace 'La Jauría'.
“Cuando empecé a escribir las primeras canciones estaba más pendiente de lo que pensaba la gente, si le gustaría a mi público que de ponerme a escribir. Reflexioné sobre este mundo que vivimos ahora, con redes, cada vez más expuestos y le puse el título por eso” decía.
Ahora, afortunadamente, escucha menos el ruido ajeno y es más fiel a sí mismo. “Me hubiera gustado ser un artista que no da importancia lo que piensen de mí. No me importa que no les guste mi música, pero sí cuando van a lo personal. Hay mucha gente que parece que le gusta perder el tiempo, hacer sentir mal a alguien. Tengo tantas cosas buenas en mi vida que me quedo con esos comentarios” decía.
Cosas buenas como su pequeña, que ha venido para revolucionarlo todo y se ha convertido en la musa de sus canciones. “Es buenísima, duerme bien y no nos da nada de guerra. Cuando vuelves a casa y la ves sonreír, merece la pena todo”.