La foto de Fernando de Haro: "El miedo es una sirena que avisa de que vuelven los bombardeos"
La foto del día
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Foto de una azotea en la que se prolonga el verano. En realidad en esa azotea siempre es verano porque es un terrado que se asoma a un desierto blanco, un desierto de piedras con camellos delgados y ovejas sucias siempre con la sed chorreándole hasta las pezuñas. El horizonte que se asoma por las tejas tiene color de tierra. En la azotea una madre joven juega con su chiquillo, le ha puesto un robot de plástico en una silla blanca y el niño no piensa más que en desmontar el juguete, destripar las piezas y encontrarle el alma. Junto a la silla algunos cajones con enseres domésticos. En la azotea también un cachorro de pastor alemán con hocicos de pánico. En la azotea el padre y el tío, también el tío y el padre de la criatura, los dos en patalones cortos. El padre, con chanclas, sale de una escalera con puerta metálica. Es la escalera que baja al sótano. La madre, el niño, el padre y el tío llevan desde el sábada bajando y subiendo por la escalera. Han puesto algunos colchones en el bajo que huele a humedad y a tratos viejos. Así no tienen que salir corriendo a media noche. La angustia es una señora con la que duermen desde hace años. Hay veces que se olvidan de ella, como si ya se hubiese marchado de vacaciones. Pero siempre queda el remusgo de lo que puede llegar a pasar, la sombra del peligro. Ahora el miedo es muy sólido, como el muerto de una boya que tira para el fondo. El miedo es una sirena que avisa de que vuelven los bombardeos. Desde que suena la sirena hasta que el misil golpea pasa un corto/largo minuto. Es el minuto del miedo, la vida en el miedo, el miedo es un grajo de color violeta que se come el instante, un cuervo feo que se lleva secuestrado el presente.