Un nuevo comienzo

José Luis Restán reflexiona sobre la historia de tres religiosas españoles que han conseguido cumplir su deseo: volver a Ucrania

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Un nuevo comienzo

José Luis Restán

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En marzo de 2022, tres dominicas españolas, María, Antonia y María Jesús, tuvieron que abandonar precipitadamente su misión en Kiev, donde llevaban 25 años. Pudimos conocer su historia en La Linterna de Ángel Expósito. El pasado 8 de mayo han podido realizar su deseo más vivo durante estos últimos tiempos: volver a Kiev, volver a casa. En una carta a OMP han contado este regreso en el que se entrelazan risas y lágrimas. Jesús Eucaristía ha sido su consuelo y su compañero en el largo camino de vuelta a través de Centroeuropa. En el trayecto de Varsovia hasta Kiev pudieron ver casas destrozadas, pero también muchos campos cultivados. La lucha por la vida, por la paz, se hace en las pequeñas y grandes cosas que facilitan la vida, sea en la línea de fuego o no. “¡Recibimos mucha fuerza de este pueblo resiliente y esperanzado!”, escriben las hermanas.

Lo primero ha sido aprender las rutinas de autodefensa ante los bombardeos, que siguen sucediendo. Las familias a las que atendían han venido a verlas y les han contado todo lo vivido y sufrido, las decisiones duras de un invierno interminable, pero también la esperanza y la alegría de estar de nuevo juntos y juntos, de planear y compartir el presente y el futuro. “Cada encuentro nos confirma que Dios nos quiere aquí, y disfrutamos y agradecemos este convencimiento y esta fe”. Ya han programado un encuentro para el 13 de mayo al que han confirmado su asistencia 14 familias. Otras volverán en junio. Las religiosas han tenido la fortuna de coincidir en Kiev con el Maestro General de la Orden Dominica que les dio una bendición especial para este nuevo comienzo.

Eso es lo que impresiona, que unas mujeres ya mayores, que podrían vivir tranquilamente al resguardo de todos los vientos, hayan querido volver para empezar de nuevo, en la frontera del dolor y la esperanza. “Para estar con las personas que el Señor nos suscita para su misión, aquí y ahora, para andar estos caminos nuevos. Que hagamos lo que Él quiere”. Así terminan su carta, historia viva de una Iglesia en camino.

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