Los comerciantes del Paseo de Gracia piden un nuevo protocolo para contener a los violentos
Las manifestaciones a favor de Pablo Hasél deja nuevos destrozos en negocios que atraviesan complicaciones económicas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las imágenes que veíamos ayer de las protestas por la detención del rapero Pablo Hasel, por enaltecimiento del terrorismo e injurias al Rey, en Cataluña nos hicieron recordar episodios parecidos muy recientes. Tristemente, no es algo nuevo. Las de ayer fueron consecuencia de las manifestaciones en algunas zonas de Lleida, Vic, Girona y Barcelona. Fueron protestas que se convirtieron en disturbios violentos y que provocaron múltiples desperfectos.
El Ayuntamiento de Barcelona ha contabilizado unos 50 contenedores quemados y ha cifrado el coste de los daños ocasionados en unos 70.000 euros. Una vez más son noticia en Cataluña los asaltos a oficinas bancarias y contenedores ardiendo.
Hoy Barcelona ha amanecido con cajeros automáticos reventados, restos de los contenedores por sus calles y por supuesto con trabajadores como Laura, que tiene una tienda de decoración en la calle Mallorca y que está preocupada por su negocio. Laura ha mostrado en Mediodía Cope su estado de ánimo esta mañana: "Preocupados por los que nos podíamos encontrar. Esta mañana he visto que había reventados cajeros en Pau Claris con Aragón. El Ibercaja que estaba en la misma calle Mallorca destrozados lo que son los paradores y cajeros. Y por suerte el negocio donde trabajo no ha pasado nada".
Por su parte, Luis Sanz, gerente de la tienda Santa Eulalia, situada en el Paseo de Gracia de Barcelona y presidente de la Asociación de Comerciantes del Paseo de Gracia ha explicado en Mediodía COPE el daño a los negocios de esa zona: “La verdad es que el Paseo de Gracia anoche sufrió mucho, empezaron a reventar escaparates, pintadas, motos quemadas, contenedores quemados, asfalto destrozado, hay tiendas, establecimientos bancarios, restaurantes que han sufrido destrozos considerables”.
Ayer, el Paseo de Gracia de Barcelona presentaba, de nuevo, el aspecto propio de las últimas manifestaciones antisistema. Por eso, los comerciantes piden un nuevo protocolo para que se pueda contener a los violentos durante los altercados.