El piano del Hospital Clinic de Barcelona: Drago, un sin techo, y Mauricio, de 11 años, unidos por sus teclas
Todos los miércoles se juntan en el hall del hospital barcelonés para ofrecer su arte, su forma de hacer música a pacientes y familiares
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta historia habla de música, de alimentar el alma con los acordes que salen del piano del Hospital Clinic de Barcelona cuando lo toca un hombre que tiene apariencia de cualquier otra cosa menos de pianista. Dragomir Atanazov Dontxev, sí, es un sin techo que vive en la Ciudad Condal, su hogar son las calles desde 2012.
Su apariencia es lo contrario a lo que el cerebro te remite cuando piensas en un virtuoso del piano, su ropa está sucia y es destartalada, el pelo y la barba abundantes y con sus largas y descuidadas uñas acaricia las teclas del piano del hall del Hospital Clinic de Barcelona cada tarde desde hace meses. Su aspecto, se corresponde de forma idéntica con una de las 1.306 personas que duermen al raso en la ciudad catalana.
Drago, que nació en Bulgaria en 1972, se transforma en "otra persona" delante del piano. Él asegura que gracias a la música, "consigue olvidarse de todo". Además cuando está delante del piano, deja de ser invisible para la sociedad, para ser observado por un auténtico público.
Llegó a Barcelona sin saber ni una palabra de castellano y aprendió el idioma en tres meses, viendo "una televisión Philips con subtítulos" a través de la cristalera de un comercio hasta que llegó ante el imponente y sonoro instrumento, que Abel Coll, presidente de la Asociación Pianus Vius, colocó con tanto cariño en el vestíbulo del hospital barcelonés.
Abel Coll y su mujer, a través de esta asociación sin ánimo de lucro, buscan hacer de la música un hilo conductor con el que coser un poco las heridas de todos los que se paran a escuchar la música generosa de quien se sienta a tocar estos pianos.
El piano del hall del Hospital Clinic de Barcelona tiene el poder de juntar en las mismas teclas a los protagonistas de esta historia que este jueves ha sido protagonista en Mediodía COPE.
Kelly se puso a tocar a cuatro manos con Drago
Kelly coincidió con Drago en este piano en una tarde de un miércoles cualquiera, una de las muchas que destina a tocar el piano para los familiares y enfermos del vestíbulo de este centro sanitario, llegando a compartir incluso las teclas, tocando a cuatro manos.
Kelly Arrontes, es natural de Barcelona y también es una habitual de este hall, ella es artista plástica y visual, y es una de las muchas pianistas que ha aprovechado esta bonita iniciativa de Pianus Vivus. ¿Su particularidad? Ser invidente y haber aprendido a tocar el piano hace solamente 2 años como un hobby y que ahora se ha convertido en terapia de muchos de los enfermos y familiares que por cuestiones de salud allí se encuentran.
A Kelly tocar para los enfermos y su familia "vale mucho la pena", tanto que su generosidad ha conseguido un premio muy especial que ni ella misma se esperaba. Nada menos que una beca para seguir estudiando piano.
A sus 11 años Mauricio toca como los ángeles
¿Quién iba a decir que un piano podía reunir tanto talento junto? Porque la historia de Kelly no es la única. Mauricio, un niño de tan solo 11 años -que toca como los ángeles-, ha convertido sus visitas al Hospital Clinic en una cita más de su agenda. Tanto que en una de sus audiciones para los pacientes y enfermos del hospital, este niño también coincidió con Drago, el pianista sin techo.
Otros niños piden a sus madres ir al parque o a los recreativos, Mauricio, en cambio, pide ir a tocar para reconfortar a otras personas. Un gesto precioso que dice mucho de la clase de niño que es Mauricio y que gracias a Pianus Vius puede darse a los demás de la forma en la que mejor sabe hacerlo.
En resumen: un piano, tres historias distintas y la música que alegra el alma cuando se toca desde lo profundo del alma.