Una pediatra explica el riesgo que tiene para tu hijo tomar bebidas energéticas de forma habitual: "Un niño de 10 años"

Lidia Martínez trabaja en el servicio de Urgencias del Hospital de Sant Joan de Déu en Barcelona y habla sobre el consumo en jóvenes que cada día lo beben más

Adolescente bebiendo cafeína mientras juega en casa usando dos pantallas de computadora por la noche
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Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' entrevista a Lidia Martínez, pediatra del servicio de Urgencias del Hospital de Sant Joan de Déu en Barcelona

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En Poniendo las calles, Carlos Moreno 'El Pulpo' conversó con la pediatra Lidia Martínez, del Hospital de Sant Joan de Déu en Barcelona. Durante la charla, abordaron el creciente consumo de bebidas energéticas entre jóvenes y niños, así como los riesgos que estas conllevan para su salud.

La conversación comenzó con un contexto alarmante: la normativa reciente de Consumo en España que prohíbe la venta de estas bebidas en centros educativos si superan los 15 mg de cafeína por 100 ml. La medida es un reflejo de la creciente preocupación sobre el impacto de estas bebidas en la salud de los más jóvenes.

La Dra. Martínez destacó la importancia de esta regulación, subrayando que "no solo los jóvenes, sino también los niños están consumiendo bebidas que contienen el equivalente de cafeína a un par de cafés". Esto es especialmente preocupante dado que la cafeína puede afectar el desarrollo cerebral en niños y adolescentes.

Jugador jugando a un videojuego y bebiendo refresco o bebida energética en lata. Videojuego de disparos en primera persona en el monitor de la computadora. Adicto a los videojuegos a altas horas de la noche.

Alamy Stock Photo

Jugador jugando a un videojuego y bebiendo refresco o bebida energética en lata. Videojuego de disparos en primera persona en el monitor de la computadora. Adicto a los videojuegos a altas horas de la noche.

Un aspecto crucial que la pediatra enfatizó es que las bebidas energéticas no solo contienen cafeína, sino también otros estimulantes como el guaraná y la taurina. Estos componentes pueden intensificar los efectos negativos sobre la salud, lo que hace que la situación sea aún más alarmante.

El riesgo

La comparación que hizo Lidia, al señalar que "no nos parecería saludable ver a un niño de diez años tomándose un par de cafés", pone de manifiesto la necesidad de reevaluar la normalización del consumo de estas bebidas. La Dra. Martínez también discutió la falta de información clara en las etiquetas de estas bebidas.

Muchos jóvenes y sus padres no son conscientes del alto contenido de cafeína y azúcar que tienen. Ella sugiere que se debería reforzar la educación sobre los efectos de estas sustancias y cómo pueden afectar la salud de los menores. La pediatra insistió en la importancia de "educar y hacer una buena difusión de los efectos que pueden tener en el consumo de estas bebidas", lo que podría ayudar a reducir su uso.

Además, la especialista mencionó los problemas de salud asociados con el consumo habitual de bebidas energéticas. Entre los efectos físicos se incluyen dolores de cabeza, problemas digestivos, obesidad, caries dentales, palpitaciones y ansiedad. Esta última es especialmente preocupante en un contexto donde la salud mental de los adolescentes ya está en crisis.

Bebidas energéticas no alcohólicas en frigoríficos en una pequeña tienda del Reino Unido

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Bebidas energéticas no alcohólicas en frigoríficos en una pequeña tienda del Reino Unido

"El consumo de estas bebidas se asocia con problemas de salud mental como la ansiedad y el estrés", afirmó, lo que subraya la urgencia de abordar este tema. Otro punto alarmante es la correlación entre el consumo de bebidas energéticas y el uso de otras sustancias, como el alcohol.

"Un niño de 10 años"

La Dra. Martínez compartió datos preocupantes: "El 20% de los estudiantes de secundaria han consumido alcohol y bebidas energéticas en el último mes". Esta combinación puede tener efectos devastadores, ya que el uso de sustancias tóxicas se potencia cuando se mezclan.

En cuanto a las recomendaciones para evitar el consumo excesivo de estas bebidas, la pediatra enfatizó la necesidad de estrategias educativas en los centros escolares. La educación es clave; no solo se trata de prohibir, sino de informar sobre los riesgos. "No me desagrada la idea de que se controle el acceso a estas sustancias en las escuelas", dijo, resaltando que las instituciones educativas deben ser un referente en la promoción de hábitos saludables.

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