¿Quién es realmente el Espíritu Santo?

Todos conocemos infinitas realidades materiales que están cerca de nosotros, y de algunas de ellas percibimos también una realidad espiritual. A veces se hablan de los espíritus, lo que queda cuando uno ha muerto. Existen y hablaremos de ello en el podcast 'Siempre aprendiendo' que presenta el periodista y sacerdote Josetxo Vera, cuando estamos próximos al Domingo de Pentecostés, cuando se cumplen 50 días de la noche de Pascua y hemos celebrado la alegría de la Resurrección y acaba con el envío del Espíritu Santo. El Señor envia desde el Cielo el Espíritu Santo sobre la Virgen y los Apóstoles, y ese espíritu se extiende por todos los cristianos a través del sacramento de la Confirmación.

La realidad espiritual es lo que las personas llamamos el alma, que encontramos en los seres vivos de una manera extraña. El Espíritu Santo, el Espíritu de Dios. Es la tercera persona de la Trinidad. Tiene todos los rasgos de Dios, es un Dios personal con el que cabe un trato personal. Con el Espíritu Santo es el gran actor de nuestra vida espiritual, por ello tenemos que conocerlo. En el Antiguo Testamento proclamaba al Creador y anunciaba que venía el hijo, el Salvador, el Mesías. A lo largo de siglos el pueblo de Israel ya sabía que venía un tiempo nuevo con la llegada del Mesías, que se hace carne y comienza el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento el protagonismo es del Hijo y el anuncio del Espíritu Santo, con el que Jesús nos manda un espíritu defensor que nos anima en nuestra vida cristiana. Por ello, nosotros creemos en un Dios con tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios se revela como Trinidad de personas a la Iglesia. Jesús es el Hijo de Dios y anuncia la llegada del Espíritu Santo. Con el inicio de la vida de la Iglesia, el protagonismo lo adquiere el Espíritu Santo.

¿Cómo encontrar al Espíritu Santo? Aparece como sujeto que actúa y como objeto y realidad para ser tratada. Como sujeto se encuentra en la Sagrada Escritura Se habla de un Espíritu Santo que enviará Jesús a los Apóstoles cuando se vaya al Cielo. Insufla el aliento y la fe a los que escriben la Sagrada Escritura para que sea Palabra de Dios. Nos lo encontramos en los sacramentos. Actúa de muchas maneras.

No se le representa como un ser personal, y por eso quizás no tenemos mucho trato con él, pero tiene la misma sustancia que el Padre y el Hijo. Es inseparable de ellos. Actúa siempre con el Hijo. En realidad, es el Espíritu de Jesús, que nos envía cuando asciende al Cielo. Sostiene la vida cristiana en la Iglesia.

La Iglesia poderosa es la que alienta la fe de millones de personas o sostiene la caridad de tanta gente. Es una Iglesia que no se fía de sí mismo ni de sus fuerzas, y por tanto se sostiene por el Espíritu Santo. Con Pentecostés celebramos el Espíritu de Dios que actúa en la Iglesia y la sostiene para sacar adelante su servicio. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo actúa en cada uno de los cristianos. Está presente en el alma de cada uno de nosotros. Nos inspira a la hora de tener buenos actos e ideas.