Otilia, un ángel de 85 años para las personas sin hogar que reparte comida a los que más lo necesitan

La solidaridad está siendo la respuesta de esta monja franciscana por las calles de Ourense

Otilia es el ángel de la guarda que reparte todos los días alimentos a los sin techo en Ourense

Redacción Religión

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La crisis sanitaria que nos ha traído en el último año la pandemia ha arrasado el panorama económico de España y de otros países de nuestro entorno. La economía de nuestro país registró en 2020 un descenso histórico del PIB del 11%.

El desempleo y la falta de oportunidades trae consigo la falta de recursos de miles de familias que ven como su proyecto de vida se ha ido al traste con motivo de la pandemia que padecemos. Las colas del hambre cada vez son más largas. Muchos no ven la luz al final del túnel. La pandemia ha tenido consecuencias sobre las personas más vulnerables, pero es verdad que en este tiempo han sido muchas las personas que han intentado ayudar de una u otra manera.

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El ángel de la guarda

Hoy en día, ante problemas como este, la solidaridad está siendo la respuesta de muchos, como la de Otilia. Otilia Sampedro tiene 85 años y es una monja franciscana, que vive en Ourense. La monja lleva 15 años haciendo el mismo trayecto todas las mañanas para ser solidaria con los más desfavorecidos. Por eso, ahora se ha convertido en el ángel de la guarda de mucha gente necesitada.

Cuando se acerca a un grupo de desfavorecidos que viven en la calle, saca de su carro piezas de pan y de fruta y otros alimentos de su convento. Otilia ya sabe qué recorrido hacer y quiénes lo necesitan. Aunque, más de una vez se ha encontrado nuevas personas pidiendo limosna en la calle, también les ha atendido con una sonrisa.

Siempre intenta acudir a diario, pero si sabe que no va a poder acudir, avisa a los sin hogar. La mayoría de estas personas son hombres, mayores de 50 años, pero también los hay jóvenes. Algunos son inmigrantes, aunque también hay ourensanos. Otilia se para y habla con ellos. Sabe cosas de sus vidas, sus problemas, sus familias y en qué situación esta cada una de las personas.

La congregación franciscana conserva el voto de pobreza

La pobreza de espíritu es algo que señala Cristo y los Santos lo han imitado, aunque algunos han querido que ese fuese su buque insignia. Uno de esos servidores desde la pobreza es San Francisco de Asís. Al igual que Otilia, que recordamos que está en la congregación franciscana conserva el voto de pobreza.

En estos momentos, hay 200 franciscanas en Galicia y 10 en Ourense. Durante la pandemia fallecieron dos en Santiago.