La autora de la biografía de Marcelino Oreja: "Mi objetivo es que el hijo conociera a su padre"

“Mi objetivo con este libro es que don Marcelino pudiera conocer a su padre”. Así lo explica Lara Nebreda, autora del libro Marcelino Oreja Elósegui. Fe y vocación pública, que recoge los frutos de la investigación de la primera biografía del empresario y político vasco. “Esta biografía", subraya la doctora en Ciencias de la Documentación por la Universidad Complutense, "surgió por la voluntad de Marcelino Oreja Aguirre de rendir un merecido homenaje a su labor como gerente, político y, sobre todo, como hombre profundamente católico”.

“Siempre quise saber más sobre la vida de mi padre, a quien no conocí, ya que fue asesinado en Mondragón el 5 de octubre de 1934 estando mi madre embarazada de su primer y único hijo; yo nací el 13 de febrero de 1935”, explica el el prólogo de la biografía M

, exministro en la Transición durante el Gobierno de Adolfo Suárez.

Este deseo se ha hecho realidad gracias a los archivos y documentos que ha reconstruido la vida familiar, espiritual, política y periodística de quien está hoy en proceso de beatificación. Un libro de Ediciones CEU y la editorial Encuentro que se ha presentado en el Colegio Mayor CEU San Pablo este 15 de diciembre.

Comprometido con su tiempo

“Un hombre comprometido con su tiempo, con la Iglesia, con el desarrollo empresarial y la creación de empleo y, en última instancia, con la política. La política entendida como servicio a los demás, la defensa de unos ideales y la puesta en práctica de sus creencias católicas”, sostiene después de haber estudiado a fondo el legado del político vasco. "En un baúl se encontraron numerosos papeles escritos por él y entre ellos su viaje a Estados Unidos, enviado por Ángel Herrera, cuando se estaba gestando la formación de El Debate".

Este documento ha sido el centro de una parte del libro ya que en este diario escrito durante su estancia en Estados Unidos "se refleja cómo un joven de 26 años que llega a la Nueva York de los años veinte, se ve sorprendido por la vocación de los católicos allí. Marginados y mal vistos, viven su fe con gran intensidad, algo que a él mismo le ayuda a crecer en la fe y reforzará su vinculación con la ACdP”.

Y es que, de la mano del futuro cardenal, “a quien menciona constantemente en sus escritos y documentos”, realiza esa inmersión en Estados Unidos. “Fue el propio Herrera Oria quien le envía para que conozca en primera línea el trabajo de los medios de comunicación estadounidenses, para que se forme y traslade ese modelo posteriormente a España”.

Su faceta como empresario

Nebreda argumenta que para la biografía ha entrevistado a familiares y empresarios, que todavía “beben” de su ejemplo y testimonio. “Él realizó una labor de evangelización con sus trabajadores, intentando aplicar la Doctrina Social de la Iglesia en sus negocios”.

Una vez dado el salto a la política, explica la autora, “él se anima a participar en la vida pública y su vida como diputado se desarrolló en la defensa de los valores y principios cristianos. La política entendida como servicio a los demás, la defensa de unos ideales y la puesta en práctica de sus creencias católicas".

Los últimos minutos antes de su muerte

Hasta el episodio de su propia muerte, sostiene, comienza “rezando el rosario”. “Llamaron a la puerta de su casa y él de rodillas se abrazó con su mujer, embarazada de cinco meses, y se pusieron a rezar. La actitud de doña Pureza, que supo siempre quien ejecutó la muerte, nunca quiso que se albergara ningún tipo de rencor hacia el asesino. Sintió siempre la necesidad de perdonar y así lo ha expresado su hijo en las entrevistas. Quiso saber quien era su padre y siempre tuvo ese sentimiento de perdón hacia quien le quitó la posibilidad de conocerle”, concluye Nebreda.