La cruz destrozada este sábado, la misma ante la que se arrodilló Carlos V a su llegada a Sevilla

La Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía ha explicado en ECCLESIA la historia y valor histórico de la Cruz de San Lázaro, vandalizada en la noche del sábado

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La cruz destrozada este sábado, la misma ante la que se arrodilló Carlos V a su llegada a Sevilla

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Una cruz de flores preside desde este lunes la céntrica plaza de Santa Marta de Sevilla después de que la Cruz de San Lázaro fuese destrozada la noche del sábado. Los técnicos del Ayuntamiento ya trabajan para su restauración.

Tras analizarse los restos encontrados en el suelo, los técnicos municipales han concluido que la fractura y el posterior desprendimiento se ha producido como consecuencia de un acto vandálico tras intentar “subir o colgarse” de uno de los brazos del crucero.

Pese a los daños, la restitución de las piezas dañadas y su restauración se antoja viable a través de la técnica del cosido, sellado y reintegrado de las piezas, así como de la previa limpieza de restos de cementos antiguos.

La Cruz de San Lázaro, una de las más fotografiadas de Sevilla

La Cruz de San Lázaro data del año 1564. Fue realizada por el arquitecto Hernán Ruiz, a quien también se le atribuye la construcción del cuerpo superior de la Giralda. Su cercanía a la Catedral de Sevilla y al Barrio de Santa Cruz, convierten a la Plaza de Santa Marta en una de las más visitadas y más queridas por los vecinos de toda la vida, tal y como ha indicado el presidente de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (ADEPA), Joaquín Egea, en declaraciones a ECCLESIA.

“Estamos hablando de una de las plazas más fotografiadas y más bonitas de Sevilla. No es una plaza abierta, sino un espacio pequeño al que se entra sigilosamente y en el centro se encuentra esta cruz llena de historia”, ha detallado Egea.

Tanto es así que, como argumenta el responsable de ADEPA, es difícil encontrar a sevillanos de toda la vida que no tengan una fotografía en su álbum de recuerdos en la plaza del centro hispalense. En este sentido, Joaquín Egea recordaba cómo hace años la Cruz de San Lázaro estaba rodeada de macetas que los propios vecinos cuidaban. Pero los tiempos avanzan, a veces para mal, y aquellos cuidados dejaron de darse, hasta tal punto que la ubicación recóndita de la plaza hace que se haya convertido para muchos en un lugar donde hacer sus necesidades: “A veces no se puede soportar el hedor cuando no ha pasado aún el servicio de limpieza por allí”, ha lamentado.

Los pasajes que se representan en la Cruz de San Lázaro

La Cruz de San Lázaro representa en relieve la imagen de Cristo Crucificado y una Quinta Angustia en su reverso, que se representa con un gran dramatismo, pese a que el barroco sevillano se caracteriza por su alegría “en el sentido de que se representa a Jesús muerto en la Cruz pero triunfando sobre la muerte, mientras que en otros barrocos se representa al hombre que agoniza”, precisa Joaquín Egea en ECCLESIA.

No obstante, en 1564 nos encontramos en el Manierismo, momento en el que interesa reflejar el dolor de la madre y el hijo: “Una de las dos caras de la Cruz es la piedad, una Virgen dolorosa, una mujer mayor que sostiene en sus brazos a su hijo fallecido. Una obra muy interesante artísticamente”, expone el presidente de la asociación conservacionista.

De arrodillarse Carlos V a su traslado a Santa Marta

Desde su construcción la Cruz de San Lázaro ha tenido diversas ubicaciones. La original fue junto al hospital de leprosos de San Lázaro (de ahí el nombre que recibe el crucero) a las afueras de la capital hispalense. Se cree que ante el crucero se arrodilló Carlos V antes de contraer matrimonio con Isabel de Portugal en 1526.

“Era uno de los cruceros que estaba a la entrada de la ciudad procedente del Norte, de la zona de Toledo. Estaba cerca del Monasterio de los Jerónimos donde se hospedó Carlos V antes de entrar en Sevilla. Se cree que el emperador entró por allí y donde seguramente se arrodilló ante este crucero como hacían todos los viajeros en esta época”.

No fue hasta el siglo XIX cuando la Cruz de San Lázaro se trasladaría a la plaza de Santa Marta, donde se ubica actualmente.

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