La exposición en Barcelona que recuerda a la misionera Isa Solà, asesinada hace 5 años en Haití
La misionera murió el 2 de septiembre de 2016 tiroteada por dos atracadores que le robaron el bolso que llevaba en Puerto Príncipe donde trabajaba como maestra
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Bajo el título de "Lo que no se da se pierde", el Museo Diocesano de Barcelona inaugura este jueves una exposición de 35 fotografías que captó la misionera Isa Solà, asesinada hoy hace cinco años en Haití, donde trabajaba desde hacía ocho ayudando en uno de los países más pobres del planeta.
La misionera, nacida en Barcelona en 1965 y que durante 14 años también había sido cooperante en Guinea Ecuatorial, murió el 2 de septiembre de 2016 tiroteada por dos atracadores que le robaron el bolso que llevaba en Puerto Príncipe en Haití, donde trabajaba como maestra y donde había promovido colegios en los barrios más pobres. Allí, en sus pocos ratos libres, practicaba su gran afición: la fotografía.
La faceta como fotógrafa de la misionera
La exposición, comisariada por la periodista Mey Zamora, autora del libro biográfico de Isa Solà "Lo que no se da se pierde", y por Javier Solà, uno de los hermanos de la misionera, descubre la faceta como fotógrafa de la misionera. El objetivo de la muestra, sin embargo, según han explicado los comisarios, es recordar a Isa Solà, que está enterrada en Haití, en el quinto aniversario de su muerte y contribuir a la vigencia de su legado.
También han recordado que en 2010 la misionera, perteneciente a la Congregación de Religiosas de Jesús-María, había sobrevivido al terremoto de siete grados en la escala de Richter que destrozó la zona y causó más de 300.000 muertos y dejó a 1,5 millones de personas sin vivienda.
El terremoto en Haití en 2010
Según su familia, ese acontecimiento marcó para siempre su trayectoria: "Estoy viva de milagro, no sé por qué..., pero hay tanta gente muerta que siento que estoy muerta con ellos. No sé por qué estoy yo viva, me da rabia estar siempre entre los que tienen suerte...", escribió el 23 de enero de 2010. En aquellos días de caos y miseria extrema, Solà escribió: "Haití es mi casa, mi familia, mi trabajo, mi sufrimiento y mi alegría, y mi lugar de encuentro con Dios".
La religiosa de la Congregación de Jesús-María, donde había estudiado durante su infancia y adolescencia, siempre vivió en la austeridad y, de hecho, según los que la conocieron, el único objeto de cierto valor que atesoró en vida fue su cámara fotográfica. La muestra que se ha inaugurado hoy en el Museo Diocesano de Barcelona, y que estará abierta al público hasta el 8 de noviembre, recoge 35 de las imágenes tomadas por la religiosa, agrupadas en tres apartados: paisaje, retratos y escenas.