Manos Unidas lamenta que “el hambre duele” pero que “duele mucho más la indiferencia ante ella”

En la Semana contra la Pobreza, la organización denuncia que 820 millones de personas sufren hambre y 3.100 millones no pueden acceder a dietas saludables

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Redacción Religión

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En un momento en el que, según la FAO, se produce lo suficiente para alimentar a casi el doble de la población mundial, 820 millones de personas sufren hambre y 3.100 millones de personas no pueden acceder a dietas saludables. Estas cifras reflejan un importante incremento del hambre: 46 millones más que en 2020 y 150 millones más que antes de la pandemia del coronavirus; un aumento que afecta principalmente a África, donde la prevalencia de la subalimentación se sitúa en el 20 %.

Con este planteamiento y en el marco de la celebración de la Semana contra la Pobreza y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, Manos Unidas ha organizado este 20 de octubre una mesa redonda para abordar este análisis. “El objetivo de la mesa es analizar y denunciar las causas del aumento del hambre en el mundo, así como discutir y proponer líneas de actuación que contribuyan a garantizar el derecho a la alimentación de las poblaciones más vulnerables”, ha comenzado Marta Carreño, de Manos Unidas.

Fracaso de la Agenda 2030

La profesora Elena de Luis Romero, especialista en derecho a la alimentación de la Universidad Carlos III, haprofundizado en las causas del hambre “en un mundo desigual”. “Parece mentira que año tras año las cifras del hambre crezcan. Hay que reconocer que es un fracaso del compromiso número 2 de la Agenda 2030”, que quería poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular a las personas pobres y las personas en situaciones de vulnerabilidad, también se incluye a la infancia.

“Lejos de conseguirlo, la situación ha empeorado. En 2030, un 8% de la población estará en situación de hambre, más de 6 millones, pero esta cantidad puede aumentar por la guerra en Ucrania”. Ante esta realidad, ha denunciado que “vulnerando el derecho a la alimentación vulneramos el resto de derechos humanos”.

¿Por qué hay hambre en el mundo?

Por su parte, Fidele Podga, coordinador de Estudios de Manos Unidas ha insistido en buscar respuesta a la pregunta clave: ¿Por qué 828 millones de seres humanos no cosiguen alimentarse correctamente?

“El problema no es de producción, tenemos suficiente para alimentar al mundo global e incluso nos sobra. El problema radica en el acceso y en la distribución”, ha denunciado. Además, ha querido destacar que “los conflictos generan hambre, pero es todavía más importante asumir que el hambre genera conflictos”.

Podga ha puesto sobre la mesa que “el negocio de las armas encuentra un mercado muy fácil en países pobres que dedican muchos recursos económicos al gasto militar, cuando podrían alimentar a sus ciudadanos”. De hecho, “el yihadismo crece porque el acceso a las armas es muy fácil”.

Por último, ha palnetado la cuestión del cambio climático, “de la justicia climática”: “Su relación con el hambre viene de la mano la resiliencia contra el cambio climático que no todos sufrimos por igual”.

A punto de morir de hambre

Además, ha intervenido José Luis Orpella que ejerce su doble vocación —la de médico y sacerdote— en la lejana diócesis keniana de Garissa, donde, como él mismo explica "es como si el tiempo se hubiera parado hace 100 años".

Allí, en una región eminentemente musulmana y entre las personas más empobrecidas, desarrolla desde hace más de 30 años su labor de servicio denunciando las causas estructurales y particulares de su región. “Tres cuartas partes de la población en Kenia y en el Cuerno de África están a punto de morir de hambre, la mayoría de ellos niños y mujeres”, ha lamentado.

“Hace 15 años las lluvias eran constantes. Hoy los agricultores ya no saben lo que hacer. La sequia es casi constante”. Por eso, el sacerdote ha alentado a poner solución a través de “los programas híbridos de emergencia y resiliencia: alimentar a la población a la vez que se dan recursos para que puedan alimentarse”.