La reflexión de Rosa María cinco años después de perder a su hijo en la carretera: "Es mi consuelo"

Rosa María es una de las mujeres atendidas por la Pastoral de Carretera, que acompaña a personas que han sufrido un accidente de tráfico y a sus familiares: "Están siempre ahí"

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Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, los viajes por carretera se disparan, y a su vez las posibilidades de accidentes. La Iglesia ha recordado estos días a las víctimas de tráfico durantela jornada 'Enjugar las lágrimas' que organiza la Pastoral de Carretera, cuya labor es acompañar y cuidar a las personas que han sufrido accidentes o a las familias que han perdido a un ser querido.

Pese a las numerosas campañas de concienciación de la DGT, en 2023 hubo un total de 1.145 fallecidos, curiosamente la misma cifra 2022. El dato preocupante es que en el primer trimestre de 2024 la cifra de muertes se ha incrementado un 16% respecto al mismo periodo que el año anterior.

Una de las mujeres a las que atiende la Pastoral de Carreteras es a Rosa María Lemos. Su vida dio un giro de 180 grados el 25 de septiembre de 2019, cuando perdió a su hijo de 21 años. El responsable del accidente, un varón de 38 años que había consumido cocaína y hachís antes de la conducción, continúa sin estar en prisión. Es lo que ha llevado a Rosa María a movilizarse para pedir justicia, pero con la esperanza de que en la otra vida se reencontrará con su hijo.

“Al principio estaba enfadada con todo el mundo, con Dios también aunque soy cristina, y me retiré de lo que es todo menos de mi trabajo. Pero el año pasado empecé a contactar con asociaciones de tráfico porque a mi hijo aún no se le ha hecho justicia, el casó está archivado en el Tribunal de Justicia de Madrid a la espera de resolución”, ha explicado la granadina en 'Ecclesia al día'.

Rosa María revindica el papel de la Pastoral de Carretera

Una de las asociaciones de tráfico que se puso en contacto con Rosa María fue 'PAS', de la que es delegada provincial en Granada. Fue esta responsabilidad lo que permitió a esta madre conocer a la Pastoral de Carretera, y más concretamente con su sacerdote responsable, José Aumente: “Me ha ayudado mucho”, ha confesado.

Rosa María ha reivindicado la labor de acompañamiento que lleva a cabo esta pastoral de la Conferencia Episcopal Española, precisando “que están ahí sin agobiar, puedes contar con ellos porque te abren los brazos”.

"Que se cumpla la ley y llegar a siniestralidad cero"

Y es que como asegura, cinco años después del accidente que costó la vida a su hijo, continúa el duelo, no solo provocada por su ausencia, sino porque no se haya cerrado su caso en los tribunales: “Después de una herida muy grande como la muerte de mi hijo, tenemos la otra herida de no cerrar ese capítulo. Que la persona que lo cometió, que tenía 38 años, tendría que estar en la cárcel y no lo está”, ha lamentado.

En este sentido, la Pastoral de Carretera ha permitido a Rosa María conocer a otras familias que viven su misma situación, lo que siempre es enriquecedor: “Yo estoy aquí luchando por mi hijo y el de otras familias porque esto tiene que cambiar, que se cumpla la ley y llegar a siniestralidad cero. Es difícil pero si ponemos todos de nuestra parte podemos hacerlo”, ha aseverado.

El consuelo de Rosa María: "Volveré a encontrarme con mi hijo"

Pese al luto que se prolonga ya un lustro, Rosa María ha comprendido a través de sus lágrimas que “nuestro Dios es un Dios de vivos, no de muertos, y que mi hijo ya va a tener la vida eterna, es mi consuelo, que allí donde esté nadie le va a poder hacer daño. Es mi consuelo”.

Al hilo de esto, Rosa María confía en que “volveré a encontrarme con mi hijo y esa será la vida que realmente tenga que vivir con él, porque me lo han quitado de golpe y porrazo con 21 años y no he podido disfrutar de él. Si no pensara eso... ¿qué sentido tiene estar aquí? Es un camino de aprendizaje para después, cuando pasemos a la otra vida, sea de felicidad y con los seres que queremos”, ha concluido.

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