Única y especial: así ha sido la procesión extraordinaria de Santa Teresa en Ávila acompañada por los fieles

La procesión, enmarcada en el Año Jubilar, comenzó en la casa natal de la santa y concluyó en el convento de la Encarnación, donde Santa Teresa inició su vida religiosa

Única y especial: así ha sido la procesión extraordinaria de Santa Teresa en Ávila acompañada por los fieles

Redacción Religión

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El pueblo de Ávila vivió un momento único y especial este martes, 1 de noviembre, tras la procesión extraordinaria de la imagen de Santa Teresa desde su casa natal y hasta el convento de la Encarnación con motivo del Año Jubilar que se está celebrando en la capital abulense.

De esta manera, se evocaba uno de los episodios que la propia santa dejó escrito en su Libro de la Vida, en la que relata cómo escapó de la vivienda de su padre para desplazarse, en medio de la noche, al convento de La Encarnación y comenzar allí su vida como religiosa: “Cuando salí de casa de mi padre, no creo será más el sentimiento cuando me muera; porque me parece cada hueso se me apartaba por sí”, expresaba.

Esta procesión ha coincidido con la festividad de Todos los Santos, pero también del cuarenta aniversario de la visita de San Juan Pablo II a Ávila por el centenario de la muerte de Santa Teresa. El polaco llegó también al citado convento de La Encarnación, donde mantuvo un encuentro con cientos de religiosas de clausura.

Así ha sido la procesión de la santa en Ávila

Atravesando la puerta del Carmen de la muralla abulense, bajaba pasado el mediodía Santa Teresa, acompañada por numerosos fieles, rumbo al monasterio de madres carmelitas, que repicaba felizmente su campanilla nada más vislumbrar la imagen de Teresa a lo lejos. Nada más atravesar la puerta de la iglesia, bajo los sones del Himno de España, los fieles irrumpían en sonoros aplausos.

También las hermanas, que desde las rejas de su clausura se asomaban con sonrisas de felicidad para dar la bienvenida a la Madre Teresa. Y en el altar, junto a la imagen de la Virgen de la Clemencia (que habitualmente está en la clausura, y a la que Santa Teresa, cuando vino de priora a La Encarnación, le puso las llaves del convento) era colocada por los anderos cerca ya de las 14:30h de este martes festivo.

“La dejamos en muy buenas manos, en las manos de sus hermanas para que les acompañe en estos días de júbilo y alegría”, decía el Padre David Jiménez, rector de la Basílica de Santa Teresa, quien se acercaba al altar para pedir a la Santa “que nos enseñe a cada uno de nosotros a hacer este camino: el camino de escuchar la llamada del Señor y salir de nuestras casas al encuentro, hacia aquel lugar donde Él nos llama a cada uno de nosotros. Teresa salió de su hogar y vino a La Encarnación, escuchando la llamada del Señor para ser religiosa, para ser carmelita. Hoy le pedimos a ella que nos ayude a cada uno de nosotros a ponernos en ese camino de encuentro con Dios, siempre de la mano de María”.

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