La catedral de Ginebra, cuna del calvinismo, acoge una Eucaristía católica 500 años después: "Nos debe unir"

El historiador Juan María Laboa opina que se trata de un paso importante que debe llevarnos a "abandonar los aspectos que no son consecuencia del Evangelio, sino de la Historia"

La catedral de Ginebra, cuna del calvinismo, acoge una Eucaristía católica 500 años después

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Han tenido que transcurrir casi 500 años, pero la Catedral de San Pedro de Ginebra, cuna del 'calvinismo', acogió el pasado sábado una Eucaristía católica con motivo del inicio de la Cuaresma. Un hecho que no se producía en el interior de este templo suizo desde 1535.

La Santa Misa fue posible gracias a una invitación por parte de la Iglesia Protestante de Ginebra en el año 2020, pero la pandemia obligó a posponerla.

Desde la catedral este acto ha sido resultado de la “fructífera colaboración ecuménica” entre ambas iglesias y la “confianza mutua”. El sacerdote católico Pascal Desthieux destacó que “el Evangelio une a la gente, pero mantenemos nuestra identidad”. La misa incluyó el rito de la imposición de las cenizas y una oración por Ucrania.

Un hecho como decimos histórico, y que ha valorado en Ecclesia el doctor en Historia de la Iglesia e historiador Juan María Laboa, quien ha defendido que a todos los cristianos “nos une Jesús”.

En este sentido, Laboa ha recordado que en noviembre de 2016, el Papa Francisco ya dio el paso de visitar Suecia con motivo de la celebración del 500 aniversario de la Reforma Protestante emprendida por el alemán Martín Lutero, y que desembocó en esta división entre la Iglesia Católcia y la Luterana.

“¿Esta visita del Papa significaba aceptar todo lo que hizo Lutero? Pues no, pero sí aceptar algo fundamental, y es que Cristo es el Señor, que Cristo es la razón de ser de nuestra fe y le siguen en las distintas Iglesias con más o menos fuerza”, ha recalcado el historiador.

“Fue representar la idea de Francisco que cualquiera que cree en Cristo cree en lo fundamental del cristianismo. En Suiza, en Ginebra, Calvino fue más lanzado que Lutero. Fue más revolucionario, pero de un seguimiento de Cristo muy fuerte también. La idea de que los cristianos tienen un alma común, que es Cristo, hay que mantenerla como sea, e ir purificando y abandonando los aspectos que no son consecuencia del Evangelio, sino de la historia”, ha agregado Juan María Laboa en Ecclesia.

Así las cosas, considera que este gesto por parte de la Iglesia luterana en Ginebra implica que “los calvinistas empiezan a abrirse al diálogo”. En este sentido, el doctor en Historia opina que sería bueno que “ortodoxos, el Papa y los evangelistas recemos juntos. Hay diferencias y tendremos que purificarlas, pero lo más importante lo tenemos, que nos debe unir a los cristianos de Europa”, ha sostenido.

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