Los jesuitas en Perú condenan la violencia "desproporcionada" en las protestas: "Ni un solo muerto más"
Los sacerdotes y religiosos en el país han pedido a las autoridades "a tomar decisiones orientadas hacia una salida consensuada de la crisis"
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Los sacerdotes y hermanos de los Jesuitas del Perú, una de las congregaciones religiosas más antiguas e importantes en el país, han manifestado su rechazo “al uso desproporcionado de la violencia de parte del Estado en la contención de las protestas que vienen surgiendo en distintos lugares del país” con un comunicado que tiene como título "Ni un solo muerto más".
Una crisis política peruana que deja hasta el momento 49 muertos. Por este motivo, los jesuitas han pedido “a quienes aprovechan las actuales circunstancias para delinquir o tratar de imponer intereses violentistas a no deslegitimar con sus acciones el derecho constitucional a la protesta pacífica que ampara a todos los peruanos y peruanas”.
Asimismo, los sacerdotes y religiosos han pedido, de manera particular, a todas las autoridades “a tomar decisiones orientadas hacia una salida consensuada de la crisis, y a poner siempre por delante el respeto a la vida, don supremo de Dios según nuestras convicciones cristianas”.
Los obispos condenan la violencia, "venga de donde venga"
Los obispos de Perú condenaron los graves hechos de violencia que se registraron esta semana en la región y el departamento de Puno, en los que perdieron la vida al menos 18 personas, 17 manifestantes (uno de ellos menor de edad) y un policía.
Con ellos son ya 45 las víctimas mortales habidas tras la destitución por el Congreso y posterior encarcelamiento, el pasado mes de diciembre, del presidente Pedro Castillo después de su autogolpe. Los heridos sobrepasan los 500.
"Invocamos al Gobierno a detener, urgentemente, la violencia y las muertes vengan de donde vengan; al Ministerio Público y al Poder Judicial a investigarlas y sancionarlas; y al Congreso, a tomar las decisiones que exige la coyuntura y la paz social del país", dice una declaración del Comité Permanente del Episcopado del día 9.
Una segunda nota, del día siguiente, clama también contra el asesinato de un policía de 29 años, quemado vivo en su vehículo. "No podemos regresar a las épocas oscuras del terror que enlutaron a nuestro país durante 20 años. Esta situación merece el enérgico y contundente rechazo de todos, y reafirmar con suma urgencia el llamado imperativo de ¡No a la violencia, venga de donde venga! ¡No más muertes! ¡Sí a la vida! ¡La vida es sagrada!".