Los pueblos latinoamericanos se consagran a la Virgen de Guadalupe
Ayer, Domingo de Resurrección se realizó la Consagración de América Latina y El Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Invitamos a todos los pueblos de América Latina y el Caribe a unirse a esta Consagración a la Virgen de Guadalupe, poniéndonos bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles”, esta ha sido la invitación del Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), junto con los Obispos de México, para consagrar a todos los pueblos de América Latina y El Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América, y pedirle por la salud del mundo y el fin de la pandemia del COVID-19.
Esta iniciativa del CELAM, en unidad con los Obispos de México, se ha realizado ayer, Domingo de Resurrección, en la Basílica Nacional de México. La Consagración ha sido acompañada por el sonido de las 12 campanadas en las Catedrales y templos del Perú y de América Latina al mediodía, momento en que se ha iniciado el rezo del Santo Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco Continentes. Luego se ha continuado con la Santa Misa de Resurrección, culminando con el Acto de Consagración a Nuestra Madre, a través de la oración propuesta por el CELAM, en el mismo lugar donde el Papa Francisco en febrero de 2016 oró en silencio, pidiendo a la Virgen de Guadalupe por el mundo entero.
“Confiamos que, al contemplar a la Madre del verdadero Dios por quien se vive, fortalezcamos nuestra fe, alentemos nuestra esperanza y nos comprometamos con amor solidario, especialmente con quienes hoy experimentan enfermedad, dolor, pobreza, soledad, temor e inquietud”, ha afirmado el Presidente del CELAM en su invitación a este solemne acto de consagración. La ceremonia se ha podido ver a través del Facebook y Youtube de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Oración de Consagración a la Virgen de Guadalupe
Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive. En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad. Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”, sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; sé caricia maternal que conforta a los enfermos; sé compañía de los profesionales de la salud que los cuidan; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.