Un grupo de musulmanes incendia una vivienda cristiana de Pakistán durante la celebración de una boda

Nuevos ataques contra los cristianos en Pakistán, donde la persecución contra esta comunidad es una constante. Los hechos ocurrieron el pasado 10 de diciembre en Faisalabad, cuando un grupo de musulmanes radicales, entre ellos un policía que fue suspendido anteriormente de sus funciones, que atacaron la vivienda de un sanitario cristiano, Wazir Masih, que en ese momento estaba celebrando la boda de su hijo.

Todo comenzó cuando un vecino musulmán de Masih irrumpió en la celebración alterado, creando confusión y hostigando a las mujeres, a las que arrojaba dinero para atraerlas. Cuando el propietario del inmueble se percató de lo que estaba ocurriendo, expulsó al ciudadano musulmán, quien poco después regresó acompañado por diez personas armadas.

Los asaltantes comenzaron a golpear a los invitados, dispararon al aire y apuntaron a las mujeres, acosándolas e intentando arrancarles la ropa. El vecino de la familia cristiana gritaba que los presentes estaban participando en una celebración "cristiana" y merecían "una lección", mientras sus secuaces golpeaban a los varones de la familia y desnudaban a sus esposas e hijas.

Los disparos llamaron la atención de los vecinos del barrio, que comenzaron a gritar aterrorizados. Mientras tanto, el hijo de Wazir Masih llamó a la policía, que llegó al lugar de los hechos cuando los agresores ya habían huido. Cuando los agentes se marcharon, los atacantes volvieron y robaron joyas y dinero que los invitados habían regalado a los recién casados. Por último, rociaron muebles y enseres con gasolina y les prendieron fuego.

La familia pudo salvarse porque escaparon de la casa antes de que las llamas la envolvieran por completo. Días más tarde, gracias al testimonios de los presentes, la familia Masih denunció el ataque a la policía.

Algunos de los asaltantes fueron detenidos, pero tras pasar unas horas en el cuartel, fueron liberados bajo fianza y ya se encuentran nuevamente en libertad. Se teme que puedan volver a hacer daño a la familia para vengarse.