Guerrero sobre su renuncia: "Me voy con tristeza, pero satisfecho de haber contribuido a la reforma económica"

"Llevar a cabo una tarea tan exigente requiere una eficacia física y concentración mental superiores a las que tengo actualmente", expresa el jesuita refiriéndose a su enfermedad

Guerrero

Sara de la Torre

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Coincidiendo con el anuncio de su renuncia como prefecto de la Secretaría para la Economía, el jesuita español Juan Antonio Guerrero, ha enviado una carta a los empleados y colaboradores de la Secretaría de Economía, en la que explica los motivos de su decisión: una enfermedad que no le permite "físicamente" llevar a cabo este servicio.

"Ustedes saben que me operaron durante este año, y como resultado del cual estoy sometido a un tratamiento médico que produce unos efectos secundarios que me dificultan especialmente llevar a cabo una tarea tan exigente como la que estoy realizando y que requiere una eficacia física y una concentración mental superiores a las que tengo actualmente", escribe el religioso.

En la carta, Guerrero repasa el camino recorrido en estos tres años, explicando que se va "con tristeza, pero también con una inmensa gratitud al Señor, al Santo Padre y a todos vosotros y con la satisfacción de que juntos hemos hecho una contribución a la reforma económica pedida por el Papa Francisco".

Transparencia y credibilidad

"Juntos, y en colaboración con otras instituciones curiales —escribe— hemos ayudado al Santo Padre a dar pasos importantes en la organización económica de la Curia romana, en la transparencia, en la credibilidad de la Santa Sede en cuanto a cuestiones económicas. Hemos ayudado a tener reglas más claras, pero todavía hay muchas cosas por hacer: centralización de inversiones, mayor regulación y simplificación de los procesos de contratación, para hacerlos más transparentes y ágiles; la puesta en marcha de la Dirección de Recursos Humanos, que es un nuevo reto para mejorar las condiciones y el clima de trabajo en la Santa Sede; la planificación de un mayor uso de los procedimientos informatizados”.

Entramos ahora en una nueva etapa, explica Guerrero, que "requiere una persona más competente y, sobre todo, que pueda disfrutar en plenitud de sus energías". Además, el prefecto saliente agrega: “Hemos experimentado que en el proceso de reforma hay avances y retrocesos, pero a lo largo de los años vemos un progreso real. No estamos ahora en el mismo punto en el que empezamos. Sabemos en todo caso que ser un órgano de control siempre significa estar en una posición molesta para los controlados. Estoy seguro de que continuaréis haciendo vuestro trabajo con humildad y espíritu de servicio y colaboración con las demás instituciones curiales. La economía debe ser siempre servidora, nunca ama, y más en una institución como la Santa Sede”.