El Papa a los obispos franceses: "La ignorancia religiosa es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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"La Iglesia en Francia cuenta con una larga lista de santos, doctores, mártires y confesores de la fe. Vosotros sois los herederos de una gran experiencia humana y de una riqueza espiritual inmensa (…)Esos orígenes y ese pasado glorioso, siempre presente en nuestro pensamiento y tan enraizado en nuestro espíritu, nos permiten nutrir una gran esperanza, a la vez fuerte y audaz, acerca de los desafíos del tercer milenio y de escuchar las expectativas de la humanidad de nuestro tiempo, a las que sólo Dios puede dar una respuesta satisfactoria".
Con estas palabras Benedicto XVI ha recibido al tercer grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de Francia al final de su visita "ad limina". En ese contexto el Papa ha observado que la Buena Nueva que son "responsables de anunciar a los hombres de todos los tiempos, de todas las lenguas y culturas, se puede resumir en pocas palabras: Dios es el creador del hombre y su hijo Jesús nos muestra su amor a la humanidad: "Dios es amor", desea la felicidad de sus criaturas, de todos sus hijos. La Constitución pastoral "Gaudium et spes" planteaba las preguntas fundamentales de la existencia humana sobre el sentido de la vida y de la muerte, del mal, de la enfermedad, y del sufrimiento, tan presentes en nuestro mundo. También recordaba que, en su bondad paternal, Dios había querido responder a todas esas cuestiones y que Cristo fundó su Iglesia para que todos los hombres pudieran conocerlas. Por eso, uno de los problemas más graves de nuestro tiempo es el de la ignorancia religiosa en la que viven muchos hombres y mujeres, incluyendo a los católicos".
"Por ese motivo -ha proseguido- la nueva evangelización en la que la Iglesia está firmemente comprometida (…) asume una urgencia especial. (…) Uno de los obstáculos más fuertes para nuestra misión pastoral es la ignorancia del contenido de la fe. En realidad, se trata de una doble ignorancia: la ignorancia de la persona de Jesucristo y la ignorancia de la sublimidad de sus enseñanzas, de su valor universal y permanente en la búsqueda del sentido de la vida y de la felicidad. Esta ignorancia lleva también a las nuevas generaciones a la incapacidad de comprender la historia y de sentirse herederas de esta tradición que ha modelado la vida, la sociedad, el arte y la cultura europeas".
La nueva evangelización será eficaz "si involucra en profundidad a las comunidades y a las parroquias. Los signos de vitalidad y el compromiso de los laicos en la sociedad francesa ya son una realidad alentadora (…) Los laicos son el rostro del mundo en la Iglesia y al mismo tiempo el rostro de la Iglesia en el mundo". Benedicto XVI ha subrayado, por otra parte, que "la Iglesia en Europa y Francia no puede permanecer indiferente ante la disminución de las vocaciones y ordenaciones, ni a otros tipos de llamada que Dios suscita en la Iglesia. Urge movilizar todas las energías disponibles, para que los jóvenes puedan escuchar la voz del Señor. Dios llama a quien quiere y cuando quiere. Sin embargo, las familias y las comunidades cristianas siguen siendo terrenos particularmente favorables".
"Los jóvenes son la esperanza y el futuro de la Iglesia y del mundo", ha recalcado el pontífice, pasando a continuación, a recordar "la importancia de la educación católica". "Los institutos católicos – ha dicho- ocupan evidentemente, el primer lugar en el gran diálogo entre la fe y la cultura. El amor por la verdad que en ellos brilla es, por sí mismo, evangelizador. Son lugares de aprendizaje y de diálogo, así como centros de investigación, que deben desarrollarse cada vez más, ser más ambiciosos". El Papa, ha elogiado en este sentido las iniciativas de algunas diócesis francesas que promueven el conocimiento de la teología entre los jóvenes que estudian otras disciplinas. "La teología -ha señalado -es una fuente de sabiduría, de alegría y maravilla que no se puede limitar a los seminaristas, a los sacerdotes y a las personas consagradas".
Benedicto XVI ha concluido su discurso hablando de las escuelas católicas que "han dado forma a la vida cristiana y cultural" de Francia , y que ahora tienen "una responsabilidad histórica" "Es necesario encontrar los caminos para que la transmisión de la fe siga siendo central en su proyecto educativo (…) La educación en los valores cristianos da las claves de la cultura de vuestro país. Abriéndose a la esperanza y a la libertad genuina, seguirá brindándole dinamismo y creatividad. El calor que aportemos la nueva evangelización será nuestra mejor contribución al florecimiento de una sociedad humanitaria y la mejor respuesta a los retos que plantea a todos el tercer milenio".
Ciudad del Vaticano, 30 noviembre 2012 (VIS).-