Episcopalis Communio
Por primera vez en la historia el Papa redacta una Constitución Apostólica para regular el Sínodo
Pretende dar mayor protagonismo a las consultas previas y potenciar la recepción de sus conclusiones.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuando faltan sólo unos días para que comience la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los obispos sobre el tema “Juventud, fe y discernimiento vocacional” se ha presentado la nueva Constitución Apostólica Episcopalis communio. Con este documento firmado el pasado sábado, Francisco retoca las normas de funcionamiento de los Sínodos donde, a partir de ahora, primará una amplia consulta a los fieles en las diócesis sobre temas que interpelan a la Iglesia universal así como una mayor implicación de la Secretaría del Sínodo con el fin de llevar la aplicación de las conclusiones aprobadas por el papa en las iglesias particulares.
La institución del Sínodo es una decisión del papa Pablo VI del 15 de septiembre de 1965 que, como recuerda el papa Francisco, es uno de los más preciosos legados del Concilio Vaticano II para la colaboración efectiva del Sínodo de los Obispos con el Romano Pontífice en asuntos de importancia que requieren la ciencia y la prudencia por el bien de toda la Iglesia. En la nueva etapa de evangelización que vive la Iglesia en estado permanente de misión, el Sínodo de los obispos está llamado a ser cada vez más un canal apropiado para la evangelización del mundo de hoy
La institución sinodal ha ido evolucionando gradualmente con el paso del tiempo y Francisco ha prestado especial atención a este organismo para que sera un verdadero instrumento al servicio del Pueblo de Dios que debe seguir el trabajo de sus obispos en su misión de enseñar al tiempo que son escuchados en los organismos diocesanos correspondientes. De esta forma, el Sínodo de obispos será una clara manifestación de la comunión entre pastores y fieles siendo cada obispo un bautizado entre los bautizados al igual que el papa es un obispo entre los obispos llamado al mismo tiempo a guiar la Iglesia de Roma y a contribuir al restablecimiento de la unidad entre todos los cristianos.