Francisco invita a "desacelerar y detenerse" en Cuaresma: "Es un tiempo de conversión y libertad"

Este jueves se ha presentado en Roma el mensaje del Papa para la Cuaresma 2024: "A través del desierto Dios nos guía a la libertad"

Francisco invita a "desacelerar y detenerse" en Cuaresma: "Es un tiempo de conversión y libertad"

Redacción Religión

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El Vaticano ha publicado este jueves, 1 de febrero, el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año, titulado “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. “Del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí […] también hoy el Pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar”, escribe el Papa al principio de su mensaje. ¿Cuándo nos damos cuenta de ello?: “Cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos”.

La Cuaresma, para el Papa Francisco, “es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser el lugar del primer amor. Dios educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida. Como un esposo nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones”.

El recuerdo de su viaje a Lampedusa

Para que este tiempo sea concreto, el primer paso es “querer ver la realidad”: “También hoy llega al cielo el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos. Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve? Muchos factores nos alejan los unos de los otros, negando la fraternidad que nos une desde el origen”.

Francisco ha recordado en su mensaje su viaje a Lampedusa, donde planteó dos preguntas, que son cada vez más actuales: “¿Dónde estás? Y ¿dónde está tu hermano?”. Este camino cuaresmal será concreto si, al escuchar estas dos preguntas, “confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón. Es un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro; que ha contaminado la tierra, el aire y el agua, pero también las almas”.

"Tiempo de conversión y tiempo de libertad"

“El testimonio de muchos hermanos obispos y de un gran número de aquellos que trabajan por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que denunciar es un déficit de esperanza. Es un impedimento para soñar, un grito mudo que llega hasta el cielo y conmueve el corazón de Dios. Se parece a esa añoranza por la esclavitud que paraliza a Israel en el desierto, impidiéndole avanzar”, ha remarcado el Papa Francisco.

Como cada año, el Papa ha recordado que Cuaresma significa “tiempo de conversión y tiempo de libertad”: “Durante cuarenta días Jesús estará ante nosotros y con nosotros: es el Hijo encarnado. A diferencia del Faraón, Dios no quiere súbditos, sino hijos. El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. En Cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido”.

"Actuar es también detenerse"

En este tiempo de Cuaresma, “actuar es también detenerse”: “Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan”.

“Por tanto, desacelerar y detenerse. La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos en hermanas y hermanos, percibimos a los demás con nueva intensidad; en lugar de amenazas y enemigos encontramos compañeras y compañeros de viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la esclavitud”, ha remarcado Francisco. Por último, el Papa ha invitado a todas las comunidades cristianas “a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo”.

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