La actual ley orgánica para la mejora de la calidad educativa en España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ante el fracaso escolar y la deficiente enseñanza de determinadas materias escolares, la actual Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa en España, (Lomce) promovida por el gobierno popular como una mejora urgente e inaplazable de las leyes orgánicas socialistas, LOGSE de 1990 y LOE de 2006, establece en síntesis los siguientes cambios:
A-Pruebas externas de evaluación de los alumnos al terminar el ESO y el Bachillerato. Las del ESO solo tienen carácter orientativo y las del Bachillerato tienen carácter selectivo para poder pasar a la etapa siguiente. Los alumnos suspendidos tienen la opción de pasar a la Formación Profesional. Las pruebas superadas de Bachillerato sustituyen a la de Selectividad.
B-En el tercer curso de ESO, los alumnos tienen que elegir entre la Formación
Profesional o el Bachillerato. Los de segundo de ESO que repitan dos veces no podrán pasar al curso tercero, pudiendo acceder a una Formación Profesional básica.
C-El Estado se reserva el establecimiento del contenido de las asignaturas troncales (Matemáticas, Ciencias, Lengua y Literatura, Historia e Idioma extranjero), y las Comunidades Autónomas podrán establecer el contenido de las asignaturas de carácter opcional, aunque los objetivos y criterios los fijará el Estado. Las lenguas cooficiales pierden la consideración de asignaturas troncales.
D-El Estado subvenciona a los centros educativos privados catalanes que acojan a alumnos que no encuentren centros públicos o privados que tengan el castellano como lengua vehicula. Su importe descontará de las transferencias a la Comunidad Autónoma.
E-Da plena validez a la asignatura de la Religión Católica que contará en el expediente académico y para pedir una beca. Se establece como alternativa a la Religión Católica, la de los Valores Culturales y Sociales en primaria y la de los Valores Éticos en secundaria, y desaparece la Educación para la Ciudadanía.
F-El Consejo Escolar, formado por la administración, dirección, profesores, padres, y, en su caso, de alumnos, es el órgano de gobierno de los centros públicos y privados concertados, aunque pierde atribuciones que pasan a la dirección del centro, tales como, presupuestos, proyectos educativos o procesos de admisión de alumnos y la elección del director en los centros públicos.
G-Los centros públicos podrán especializarse en un área determinada, como por ejemplo, en ciencias o deportes, o en un tipo de enseñanza de Formación Profesional o de Bachillerato, e implantar planes de mejora para optar a fondos extraordinarios aportados por la administración.
H-La oferta de plazas de enseñanza pública y privada se organiza atendiendo a la demanda social de los padres para la escolarización de sus hijos.
I-Los colegios exclusivos de alumnas o de alumnos podrán seguir recibiendo dinero público.
Se oponen a ella, los partidos de izquierda, los sindicatos, ciertas asociaciones de padres y alumnos de la enseñanza pública por la reducción del gasto público en educación escolar, por apoyar a la escuela privada y a los colegios de la Iglesia, y los partidos nacionalistas gallegos, catalanes y vascos por considerar que dicha ley no establece las lenguas cooficiales como asignaturas troncales sino como asignaturas de especialización opcionales.
La educación escolar en España, durante la Edad Media y la Moderna, consistía en la enseñanza de la gramática, retórica, dialéctica y doctrina cristiana impartida por los monjes en los monasterios, por el clero secular en las catedrales y parroquias y por los religiosos en los colegios y conventos. A partir del XIX, por influencia de la ilustración, liberalismo e industrialización, el Estado establece la enseñanza escolar por medio de maestros y profesores pagados por la hacienda estatal pública, siguiendo Iglesia con su enseñanza escolar en sus escuelas y colegios.
Hoy día, el Estado, la Iglesia y las Comunidades Autónomas deben organizar la educación escolar primaria y secundaria más universal y más humana mediante una programación de conocimientos útiles, de reglas sociales de conducta y de valores éticos y religiosos. Los padres deben colaborar con su experiencia de vida y los profesores enseñando dichos contenidos programáticos cultivando el entendimiento, la memoria y la voluntad de los alumnos bajo un clima y una atmósfera de respeto, confianza y disciplina.
José Barros Guede
A Coruña, 17 diciembre del 2013