Hay que detener las aberraciones del Estado Islámico ? editorial Ecclesia

Hay que detener las aberraciones del Estado Islámico – editorial Ecclesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hay que detener las aberraciones del Estado Islámico ? editorial Ecclesia

Desde su violenta irrupción en el poder en el norte de Irak y en sur de Siria, a comienzos del pasado verano, el Califato o Estado Islámico (EI) no ha hecho más que cometer impunemente gravísimas atrocidades de toda índole, sin que la comunidad internacional de muestras de reacción consistente y coordinada ante tanta agresión.

La semana pasada, nos hacíamos eco (páginas 17 y 35) del secuestro de unos 350 cristianos asirios y caldeos y de los ataques indiscriminados a sus aldeas. Días antes, el 16 de febrero, se hacía público el asesinato en Libia, también milicias del EI, de 21 cristianos coptos. Las minorías religiosas, particularmente la cristiana, están siendo, de este modo, sometidas a un lento, implacable y sangriento exterminio, ante el cual apenas se oyen más voces que clamen contra este delito de lesa humanidad que las del Papa y nuestros pastores y comunidades eclesiales.

Los desmanes y fechorías del EI, como ejecuciones masivas, decapitaciones o quemas de personas enjauladas -para más saña y sorna, filmadas y distribuidas a televisiones, prensa y a internet-, se han cebado también en los últimas días en el patrimonio cultural con las destrucciones de esculturas en el museo de Mosul y en Nimrud, ataques que han acabado con tesoros artísticos conservados desde hace más de treinta siglos, hechos que la UNESCO ha calificado, con razón, como crímenes de guerra.

¿A qué esperan Occidente, las potencias democráticas y la ONU para actuar? ¿Cuándo va llegar una descalificación contundente, comprometida y convincente de las autoridades religiosas y civiles del islam, la religión del EI, como su nombre indica? ¿Qué le está pasando a nuestra sociedad, cuántos son los auténticos valores que ha perdido, que aberraciones de esta naturaleza y gravedad hasta suscitan que decenas de personas ?la mayoría jóvenes- se adhieran a la yihad?