La Navidad es tiempo de alegría, de amor y de paz

La Navidad es tiempo de alegría, de amor y de paz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

La Navidad es tiempo de alegría, de amor y de paz

La Navidad es el tiempo en el que recordamos y celebramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, Salvador de la humanidad y Sol que nace de lo alto para iluminar y guiar nuestros pasos por el camino de la alegría, del amor y de la paz. San Lucas nos relata su nacimiento del siguiente modo: José subió de la ciudad de Nazaret en Galilea a Belén de Judea con María, su esposa, que estaba encinta, para empadronarse por ser de la casa y familia del rey David. Estando allí dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre por no haber sitio para ellos en el mesón.

Unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno sus rebaños, avisados por un ángel de Señor de que había nacido un Salvador, Cristo, el Señor, y oyendo una multitud del ejército celestial que cantaba gloria Dios en los cielos y paz a los hombres de buena voluntad fueron a toda prisa al establo y encuentran a María, José y al niño acostado en el pesebre (Lc. 2,1-20).

San Mateo añade: Nacido Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos, preguntando ¿dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer, porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarle. El rey Herodes al oír esto, se turba y con él toda Jerusalén. Reúne a los príncipes del sacerdocio y a los escribas del pueblo preguntándoles dónde podía nacer el Mesías. Ellos le contestan en Belén de Judá, pues así está escrito. Herodes llama en secreto a los magos, les pregunta cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella. Los envía a Belén diciéndoles: Informaos exactamente sobre el niño, y cuando lo halléis, comunicádmelo para que vaya yo tambien a adorarlo.

Los magos, guiados de nuevo por la estrella, caminan hasta pararse sobre el lugar donde estaba el niño. Entran en la casa, y ven al niño con María, su madre. De hinojos le adoran, y abriendo sus cofres le ofrecen los dones de oro, incienso y mira. Advertidos en sueños de no volver junto a Herodes, regresan a su tierra por otro camino. Herodes al ver que los magos no regresan a Jerusalén para informarle sobre el niño, ordena matar a todos los niños varones menores de dos años en Belén. Pero José avisado de ello por un ángel, huye con María y con el niño Jesús a Egipto. Informado por un ángel de la muerte de Herodes, regresa en compañía de María y del niño Jesús a Israel, pero al oír que en Judea reinaba Arquelao, hijo de Herodes, se establece en la ciudad de Nazaret de la región de Galilea (Mt. 2, 1-23).

Los Magos eran sacerdotes astrólogos, posiblemente de Persia o Arabía. La tradición cristiana varía su número, desde dos a una docena y más, pero a a partir del siglo VIII los fija definitivamente en tres, llamados, Melchor, Gaspar y Baltasar y les llama Reyes. La sagrada familia formada por José, María y Jesús, en su huida a Egipto pasa por Hebrón, Bersebée y gira a la derecha hasta alcanzar las rutas de las caravanas del desierto que van por la costa mediterránea a dicha nación. En Egipto permanecen hasta la muerte de Herodes, residiendo, según la tradición, en la ciudad de Hiliópolis, hoy llamada Matariyé, durante un año o dos aproximadante.

Los Evangelios, que no son una biografía de Jesús, sino una semblanza histórica. No concretan ni el año ni el mes ni el día de su nacimiento. El monje escita, Dionisio el Exiguo, fijó el año de su nacimiento en el 754 después de la Fundación de Roma. Pero comete un error de cálculo de seis años, dado que Herodes muere en Jericó, entre marzo y abril del año 750 y Jesús nace por lo menos dos años antes de su muerte, debiendo nacer aproximadamente en el año 748 de la Fundación de Roma.

La Iglesia, hasta el siglo IV, celebra el nacimiento de Jesús en el día 6 o 7 del mes de enero, fecha que sigue celebrando la Iglesia ortodoxa con el nombre de la Epifanía del Señor. Pero, partir de dicho siglo, la Iglesia católica traslada dicha fecha del nacimiento de Jesús, Salvador de la humanidad y Sol de vida y amor al día 25 de diciembre con la finalidad de sustituir la fiesta pagana del astro Sol Invicto que nace de nuevo al ver los antiguos que los días de luz y de vida empiezan a crecer y la oscuridad de las noches a menguar.

En memoria del nacimiento de Jesús se encuentra la Basílica de la Natividad en Belén, rodeada de un grupo de monasterios y edificaciones que pertenecen a cristianos ortodoxos, católicos y armenios. Fue construida en el siglo IV por el emperador romano Constantino a ruego de su madre santa Elena. Posteriormente, fue destruida en parte y reconstruida más tarde por el emperador Justiniano en el año 550. Externamente dicha Basílica tiene la forma de una fortaleza. Durante la invasión persa de Palestina en el siglo VII, los islamistas persas destruyeron muchos templos, menos la Basílica de la Natividad, al ver en su fachada un mosaico de los reyes magos.

Actualmente, se accede a ella por una puerta tan corta y tan estrecha que es necesario entrar en ella inclinado y bajando mucho la cabeza. Originariamente, tanto su construcción como su reedificación no era así, sino que la puerta era alta y ancha en forma de arco para poder entrar con la cabeza erguida, pero en siglo XVII se acortó y estrechó de este modo con el fin de los musulmanes no entrasen a caballo en ella.

La Basílica de la Natividad mide en su interior 66 metros de largo por 17 de ancho. Las columnas son rojizas y su techo es ornamentado. Los cristianos griegos ortodoxos ocupan la parte central y la capilla principal en donde hay un altar lleno de incensarios colgantes despidiendo un olor intenso a incienso. Los cristianos armenios tienen su culto religioso en la nave oriental y los cristianos católicos por medio de los religiosos franciscanos lo tienen en la nave occidental.

Debajo de la parte central de la Basílica de la Natividad se halla la Cueva o Gruta, donde nació el niño Jesús, a la que se accede por unas escaleras de forma circular. Mide 13 metros de largo y 3 de ancho, sus muros y suelo son de mármol antiguo y está iluminada por 32 lámparas. Desde allí se desciende tres escalones para llegar al sitio donde su madre María acostó el niño en el Pesebre.

Pegada a la Basílica de la Natividad se halla la Basílica de Santa Catalina construida por los religiosos franciscanos en 1881 y regida por ellos, en donde el patriarca latino católico celebra la misa del Gallo en la noche del 24 al 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús. Ambas basílicas se unen por una puerta. La llave de la Basílica de la Natividad la tiene un palestino que se encarga de abrirla y cerrarla en nombre del rey de Jordania

A escasos metros de la Cueva de la Natividad de Jesús, se encuentra la cueva donde san Jerónimo donde, según la tradición escribió Vulgata, es escribió la Biblia en latín desde textos arameos, hebreos y griegos. Su valor es incalculable prestando un gran servicio a las Iglesias cristianas. Cerca, se halla tambien la capilla de los santos Inocentes a la que se accede por unas escaleras. Próxima a Belén se halla la aldea de Beit-Sahur llamada el Campo de los Pastores, donde el ángel del Señor y su ejército celestial se aparecieron a los pastores para anunciadles el nacimiento de Jesús, y muy cerca de aquí se encuentra el campo, donde Bob conoció a su esposa Rut.

Belén se halla a una altitud de 77 metros sobre el nivel del mar. Se asienta sobre las laderas dos colinas. Antiguamente, era un lugar de paso de las caravanas que iban de Jerusalén a Egipto. Belén etimológicamente significa casa de pan, porque está ubicada en uno de los lugares más extensos y fértiles de Palestina para su cultivo.

Es una de las ciudades históricas más importantes después de Jerusalén porque en ella nació de Boaz, Noemí, Isaí y el rey David. Fue muy disputada por judíos, cristianos y turcos, y de permanente peregrinación de cristianos a partir del siglo IV. A principios del siglo VII tenía ya numerosos templos y monasterios.

En el año 1928, la ciudad de Belén fue conquistada por los ingleses a los turcos, cediéndola a Jordania. Posteriormente, ocupada por el ejército de Israel ha sido cedida a la Autoridad Autónoma de Palestina. Actualmente, su población es casi toda musulmana, siendo los cristianos una pequeña minoría.

A todos mis lectores, les deseo: ¡Felices Pascuas de Navidad y Venturoso y Próspero Año Nuevo 2015!

José Barros Guede

A Coruña, 18 de diciembre del 2014