Ignacio Clemente Delgado y compañeros mártires, fermento en la masa
Madrid - Publicado el
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Como recuerda la Sagrada Escritura los Santos tiene siempre su Morada en el Señor. Allí encuentran descanso. Esto es lo que vieron San Ignacio Clemente Delgado y sus compañeros mártires que celebramos en este día. Nacido en Villafeliche (Zaragoza) en el año 1762, Ignacio procedía de familia de clérigos carmelitas por parte de su padre. En el caso de la madre, su tío era el sacerdote y escritor de los tiempos de la Ilustración Baltasar Gracián.
Todo esto el granjeó una educación muy esmerada en el sentido de Fe. Pronto abraza el carisma dominico ingresando en la Orden de Predicadores de Calatayud. Posteriormente va al Convento de Santo Domingo en Orihuela. Cuando pidieron misioneros, él se ofreció entre los voluntarios. Aceptada su opción se embarcó y ya no volvería más a España. Por el Atlántico llega a México y, desde allí, se encauza al Pacífico.
En Filipinas será ordenado sacerdote y el Papa Pío VI le encargó para el Tonkín Oriental. Cuando ya parecía que todo se quedaba allí, al final encontró variso religiodsos de su Congregación, así como a varios dominicos indígenas. Eran los bueyes con los que debía trillar y es lo que le pedía la Providencia en su camino de evangelización. El entorno en aquellas tierras era de persecución a todos los que creían en Cristo y había que hacer frente a las dificultades.
Durante su estancia en Kien-Lao encuerntra una comunidadde 5.000 cristianos lo que supone un fermento en la masa. Por entonces es descubierto y arrestado. Él ya habia asegurado “muy a gusto daráe mi vida por Cristo”. En su arresto no encontró sino traicion y cobardía. Fue enjaulado y expuesto al ardor del calor insoportable, hasta desfallecer y morir el 12 de Julio de 1838. "Todo lo soportó con increíble paciencia", dijo Gregorio XVI.