San Eleuterio: un abad que fue ejemplo de humildad

Decíamos hace pocos días que San Gregorio Magno fue un Pontífice de grandes escritos de personas que fueron santas y a las que conoció en vida. Los manuscritos en los que dejó estos apuntes biográficos fueron buenos testimonios para la canonización de muchos Santos. Hoy conmemoramos a San Eleuterio, cuya vida, transcurrida en el siglo VI, fue escrita por el propio Papa San Gregorio, con quien compartió una gran amistad, tanto en el plano espiritual como el humano.

Es prueba de lo que decíamos anteriormente. De esta misma forma, otras tantas personas, se beneficiaron de su trato ejemplar. Abad del Monasterio de San Marcos Evangelista en Espoleto, destaca por su sencillez de vida y sus probadas virtudes, que atestiguan su santidad. Entre los muchos milagros realizados, se encuentran varias curaciones y la resurrección de un muerto.

Pero esta profunda vida de Fe, también se manifiesta en la paciencia ante sus defectos. Porque la Santidad de vida se debe mostrar en las tristezas y alegrías, en la smiserias y en las esperanzas. Precisamente, sucedió el hecho de un niño atormentado por el demonio, que unas monjas encomendaron a Eleuterio.

 El Santo intentó expulsarlo, pero era tal su autosuficiencia que, después de recapacitar y ver su pequeñez, pidió a sus hermanos monjes que orasen y ayunasen, para echar al espíritu maligno, siguiendo las recomendaciones de Cristo en el Evangelio, cuando añade que hay especies en el maligno que sólo se pueden expulsar con el ayuno y la oración. Así fue la sencillez que acompañó a San Eleuterio hasta su muerte en el siglo VI y así fue tenido por cuantos le conocieron, ya que aprendieron mucho de esta vida entregada.