Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, adoradores de Dios

Dios nunca nos deja solos y nos da los mayores signos para mostrarnos su Cercanía. Hoy celebramos a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Ellos muestran la entrega de Dios por los hombres. No sólo no perdona a su Hijo, sino que pone a nuestra disposición a sus más fieles servidores. La Sagrada Escritura hace alusión a los tres. Les sitúa en diversos momentos de la Historia de la Salvación.

Concretamente de San Miguel –cuyo nombre significa “¿Quién como Dios?”-, es el Apocalipsis el que recuerda la batalla entre el dragón y sus secuaces y Miguel y la milicia celestial: “Se trabó una batalla en el Cielo. Miguel y sus ángeles, combatieron contra el dragón y sus seguidores, venciéndoles. Y ya no hubo sitio para ellos allí, por lo que fueron arrojados al Mar de fuego”. Se le invoca en la defensa contra las asechanzas del diablo. El Papa Francisco siempre ha mostrado especial devoción a este Arcángel.

Por su parte San Gabriel, nombre que significa “Mensajero de Dios”, es el que anuncia a Zacarías el Nacimiento de Juan Bautista. Y, al cumplirse la plenitud de los tiempos, es enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazareth, a una Virgen desposada con un hombre llamado José de la estirpe de David. La Virgen se llamaba María. El Ángel le saluda diciendo: “¡Alégrate llena de Gracia. El Señor está contigo! ”. Por este motivo es Patrono de los profesionales de la radio.

Y San Rafael –cuyo nombre significa “Medicina de Dios”-, es el encargado de acompañar a Tobías en su viaje previo al desposorio con Sara. Así le libra del demonio asmodeo que tenía esclavizada a su perometida. Se le invoca como Patrón de los conductores junto con San Cristóbal. Cada uno de ellos tenía su día concreto por separado. Los Padres de la iglesia han reflexionado en sus Escritos sobre la figura de los Arcángeles. Tras la reforma del Concilio Vaticano II, se unifican los tres en una sola fecha como ha llegado hasta nosotros.