Santos mártires Félix y Adaucto: nombre de mártires
Madrid - Publicado el
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Recuerda el Evangelio que todos os odiaran por mi Nombre, pero el que persevere hasta el final se salvará. En esta recta final de agosto, hoy recordamos a los Santos Félix y Adaucto. Su historia se remonta a 10 años antes del Edicto de Milán en el que Constantino promulgó la Ley de Libertad Religiosa, prohibniendo la persecución a los cristianos. Él es un sacerdote que visita a las personas necesitadas y anuncia la Buena Nueva.
Un día es descubierto bajo la persecución de Diocleciano y Maximiano es obligado a ir al Templo de los dioses romanos. El prefecto Draco se había informado de su condición de cristiano y quiso delatarle. Él vivió aquello de “No os preocupéis de lo que diréis o cómo lo diréis. El Espiritu del Señor hablará por vosotros”. También supo que su familia era profundamente creyente en Dios y uno de su hermanos era también sacerdote.
Cuando le pusieron en ese trance de optar, él se puso a rezar proclamando que los dioses romanos eran hechura humana porque tienen ojos y no ven, boca y no hablan, oídos y no oyen. Tal fue su confianza en Jesús que los ídolos cayeron todos a tierra. Tal fue la furia del gobernado que fue condenado a muerte. Camino del suplicio, un niño entre la gente también proclamó valientemente su condición de cristiano.
Su nombre era anónimo y por eso le llamaron Adaucto que proviene del griego y significa “el que se añade”. De esta forma fue mártir de Cristo. Su veneración, de todos modos, es muy antigua; son conmemorados en los Sacramentales de Gregorio el Grande y en los antiguos martirologios. Este lugar se ubica en las cercanías de San Pablo Extramuros. Por todo eso, la vida y martirio de los Santos Félix y Adaucto entra más en la arqueología que en el Devocionario.