Adrián, tragado y escupido por una ballena en Chile: "Entendí que algo me tenía en su boca y pensé que me había comido"

El joven venezolano de 24 años relata qué se le pasó por la cabeza durante los segundos en los que una ballena jorobada le sorprendió y desapareció en el agua mientras su padre grababa la escena

Adrián, tragado y escupido por una ballena en Chile: "Entendí que algo me tenía en su boca y pensé que me había comido"
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TRECE


Redacción TRECE

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Hay un vídeo que está dando la vuelta al mundo, una imagen espectacular, pero sobre todo escalofriante. Ha sucedido en plena Patagonia chilena, en concreto en el estrecho de Magallanes. Allí, Del y Adrián, padre e hijo, están haciendo kayak en mar abierto, cuando de repente una ballena jorobada gigante sale a la superficie y engulle literalmente a Adrián. Son segundos angustiosos, que se hacen eternos y que son captados por el padre, que justo en ese momento estaba grabando con su cámara.

Por suerte, la ballena escupe a Adrián, sano y salvo. De hecho, el chaleco salvavidas es clave para salir a flote. Pero aquí no termina la angustia porque el momento del rescate también es agónico. Los dos luchan por llegar a la orilla y ponerse a salvo. “Tranquilo, tranquilo, vamos. Tranquilo, te estoy remolcando, tranquilo”, trataba de tranquilizar así Dell a Adrián. Afortunadamente, esta historia ha tenido un final feliz, sus protagonistas pueden contarlo, pero para hacerse una idea de la magnitud del susto, estas ballenas jorobadas miden entre 13 y 16 metros de largo y pueden llegar a pesar 36 toneladas.

Adrián, tragado y escupido por una ballena en Chile: "Entendí que algo me tenía en su boca y pensé que me había comido"


Tragado y escupido por una ballena jorobada

Adrián Simancas relata en TRECE todo lo que sucedió, segundo a segundo, en esa experiencia vital y terrorífica que ha vivido en aguas movidas del Estrecho de Magallanes, en la Patagonia chilena: “Fue un momento de muchas sorpresas, un poco de miedo también. Siento que algo me golpea desde atrás y antes de cerrar los ojos preparándome para el impacto, alcanzo a ver algo de color azul oscuro, medio blanco, que se cierra sobre mí y me hunde. Me alcanza a rozar la cara también antes de hundirme y era como una textura medio babosa”.

En este momento, Adrián desaparece bajo el agua y no vuelve a aparecer hasta tres segundos después: “En ese segundo muy eterno entendí que algo me tenía en su boca y que quizás me había tragado o me había comido, pero luego empecé a sentir que el chaleco salvavidas me tiraba hacia la superficie y esos fueron dos segundos de ascensión”. Una vez Adrián sale a la superficie, la ballena vuelve a salir del agua junto a él: “Yo no alcancé a ver el momento en que la ballena se asoma con el lomo, eso no lo vi en persona, pero escuché y estaba muy paranoico viendo a todos lados, viendo que había cosas como moviéndose debajo de mí”. Se trataba de más ballenas jorobadas que nadaban bajo sus pies. “Finalmente, llegamos a una distancia segura y no nos siguieron las ballenas, por el contrario, se alejaron y ahí me sentí más calmado”.

“Estuve tres segundos debajo del agua, de los cuales me imagino que uno habrá sido dentro de la boca de la ballena, no sé si realmente terminó de cerrar la boca o me tuvo ahí y se dio cuenta de que había algo muy grande que tuvo que expulsar inmediatamente, pero quizás llegué a estar a una profundidad considerable por el tiempo en que tardé en subir”. Gracias a que Adrián tenía puesto el chaleco salvavidas, puede contarlo. De no ser así, el movimiento del agua y la sacudida de la ballena podría haberle impedido encontrar el camino a la superficie.

Unos segundos agónicos en cámara

Magallanes es una zona donde el tiempo es muy cambiante. Comenzó a llover, el mar se empezó a agitar y Del, el padre de Adrián que se encontraba también en un kayak, decidió empezar a grabar la escena con su cámara: “Me pareció muy interesante para empezar a grabar con una cámara 360 que está fija en el packraft y yo puedo darle al botón de grabar y dejo grabando y graba en 360 grados y yo no me preocupo de manejar la cámara. Y cuando comienzo a grabar con la cámara, escucho un sonido muy fuerte, como de una ola grande que revienta detrás de mí y me llama la atención y cuando volteo no veo nada, no veo a Adrián, no veo al bote, no veo nada. Adrián vio todo desde adentro, pero para mí ese fue el momento de angustia, ese segundo que no lo veo”.

Adrián, tragado y escupido por una ballena en Chile: "Entendí que algo me tenía en su boca y pensé que me había comido"


Unos tres segundos de angustia en los que Dell no pierde la calma y espera: “Después cuando sale y emerge como si saliera presión hacia arriba y sale el packraft y después veo un cuerpo que interpreté como que era una ballena. Tuve más tranquilidad porque lo veo consciente, lo veo agarrando el bote, lo veo llamándome y ahí empezamos a hacer lo mismo que haríamos si se volteara en otras condiciones, para lo que estábamos preparados para la salida”. Adrián y Del no sabían que esto les sucedería, pero estaban preparados para saber cómo reaccionar si su embarcación se daba la vuelta y uno de ellos acababa en el agua, y eso fue lo que hicieron: “Hicimos tal cual lo que teníamos que hacer en ese caso”.

Y, finalmente, "una experiencia para recordar"

Esta es una anécdota que Adrián jamás podrá olvidar: haber sido tragado y escupido por una ballena. “La sensación en ese momento fue como de una segunda oportunidad, porque yo pensaba que ya no la contaba, pero luego al salir me di cuenta de que si bien es un accidente, también se pueden tomar más medidas, que a pesar de que nosotros estábamos bien preparados para cualquier eventualidad, siempre puede suceder algo inesperado y que mientras uno tenga eso presente, puede salir victorioso, ileso. Puede verlo también no solamente como una dificultad a superar, sino también como parte de la experiencia, porque la ballena estaba con la misma curiosidad y desconcierto que nosotros, quizás, y finalmente es una experiencia para recordar”.

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