El Gobierno de Madrid pide a Igualdad "criterios a seguir" con agresores que se cambian de sexo

La Comunidad de Madrid se encuentra en una encrucijada con el Ministerio de Igualdad en algunos casos de violencia machista debido a la autodeterminación de género que establece la ley trans. "Hay casos que cuando la mujer ha ido a poner la denuncia, esa persona que le había agredido ya no es hombre sino mujer, y por eso queda fuera contra todas las normas de protección", ha lamentado el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno madrileño, Miguel Ángel García Martín, en una entrevista en 'El Cascabel' en TRECE.

Según ha contado García Martín a Antonio Jiménez, "la Comunidad de Madrid exige saber qué criterios ha de aplicar en estos casos que ponen en riesgo a las víctimas de violencia de género". Algo que también ha denunciado la consejera de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid en una carta a la ministra de Igualdad. En la misiva, ha explicado que alguna de las víctimas está siendo atendida en el mismo punto municipal al que pretende acceder su agresor, ahora convertido en mujer.

Esta situación pone en peligro a las víctimas y a todo el sistema de protección. Por eso, desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid piden al departamento de la ministra Redondo que les aclare cómo actuar. Desde el Ministerio de Igualdad ya han reconocido que "lo están valorando" porque "no es fácil" de gestionar.

Consecuencias de la Ley Trans

La Ley Trans están planteando algunos problemas en la Comunidad de Madrid. Todo comienza cuando al menos seis hombres, seis presuntos agresores sexuales, han sido denunciados por mujeres, parejas o exparejas, y ahora están en el sistema VioGén registrados como presuntos agresores de mujeres, según ha publicado 'El Mundo'. Sin embargo, estos seis hombres han conseguido cambiar su sexo, de hombre a mujer, gracias a la autodeterminación de sexo incluida en la Ley Trans. Algunos de estos hombres han pedido ingresar en el mismo centro para mujeres maltratadas en el que están las mujeres a las que presuntamente maltrataron. Y otro caso, uno de los más graves y que está provocando mucho miedo y ansiedad incluso a las trabajadoras sociales, es el de una mujer que ha denunciado a su expareja de agredirla sexualmente, de drogarla, de violarla delante de su hija. El problema llega cuando la mujer va a denunciar los hechos, se encuentra con que el agresor ya no es un hombre: se ha registrado como mujer, por lo que no se le puede aplicar la protección especial para víctimas de malos tratos.