Sweet Space, el museo de la golosina y el dulce abre sus puertas en Madrid
Sweet Space es el primer museo de la golosina y el dulce en Madrid, en el que los visitantes tendrán una aventura interactiva a la vez que una experiencia sensorial y gustativa
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Fantasía, colores, diversión y sobre todo dulzura es lo que se respira en el ambiente de Sweet Space, el primer museo de la golosina y el dulce en Madrid, que abre sus puertas este jueves y en el que los visitantes tendrán una aventura interactiva a la vez que una experiencia sensorial y gustativa.
A Corina Mayorca y Alexandra Uzcategui, socias fundadoras, la idea se les ocurrió visitando espacios parecidos en varios países. "Recreamos en un mismo espacio arte y cultura mezclado con gastronomía y también con las nuevas tendencias digitales. Todo ha sido diseñado para crear un entorno culturalmente inclusivo y diverso estableciendo una conexión humana a través del poder universal del gusto, explica Uzcategui.
Situado en el centro comercial ABC Serrano, el museo consta de nueve salas temáticas que son un universo de fantasía en torno a los dulces y a la imaginación. Cada una de ellas está diseñada por algunos de los más importantes artistas visuales de ámbitos tan distintos como la moda, las artes plásticas o la gastronomía.
Ágatha Ruiz de la Prada presenta su particular versión del cielo en formato dulce, Okuda San Miguel es el autor de un tobogán que transporta a un mundo paralelo, del ingenio de Antonyo Marestsurgen unas increíbles nubes de azúcar, Ivanna Gautier ha ideado un cohete de videojuegos y Christian Escribá firma un bosque de caramelos.
“No fue complicado que los artistas quisieran participar en el proyecto. Gracias a Dios se nos ocurrió esta idea maravillosa que es espectacular y los artistas con los que contamos estaban súper dispuestos a participar en un enfoque tan innovador como este. Además, la galería ‘Cerquone Projects’ también nos ha ayudado ha hacer la curaduría del espacio”, apunta Mayorca.
La visita se completa con degustación de golosinas, helados creados en un laboratorio o gofres de formas caprichosas. Todos ellos diseñados también por cada uno de los artistas de cada sala y elaborados por los reposteros Patricia Schmidt Y Christian Escribà.
“También el visitante se puede endulzar más en la Sweet Gift Shop, donde podrán reponer fuerzas tomando un delicioso batido, sándwiches de helado o un gofre con figurillas espaciales; esta tienda estará abierta a todos, ya que para acceder no será necesario disponer de entrada al museo”, señala Mayorca.
El recorrido se completa entre 45 minutos y una hora. “Entre ver las cosas, hacer las fotos y comer, ésa es la duración más o menos para disfrutar las nueve salas”, explica Uzcategui.
En Sweet Space hay atracciones como un flamenco de tiovivo en el que subirse, una habitación donde saltar y resbalar a voluntad, columpios en forma de setas y un tobogán, “la atracción favorita de niños e instagramers”.
Toda esta aventura va unida a través del hilo conductor de Astro, un astronauta perdido en nuestro planeta que quiere regresar a su “dulce hogar”. Cada paso en su viaje supone experimentar y adentrarse en diferentes realidades que evoquen el poder del gusto y fomenten la interactividad.
El museo no ha sido creado solo para pasear y comer porque también se puede tocar y posar, ya que la idea de Sweet Space es jugar con las obras creadas por los artistas además de, por supuesto, compartirlas en Instagram.
A pesar de que, a primera vista, debido a la situación actual por la pandemia, puede parecer un poco caótico montar un espacio de estas condiciones, el museo cuenta con todas las medidas de seguridad para que los usuarios disfruten de cada experiencia.
“En cada sala hay gel hidroalcohólico para que la gente se vaya echando a lo largo del recorrido, hay limitación de aforo, por eso es necesario reservar la entrada por internet y en ningún momento se podrán quitar las mascarillas, salvo cuando se esté comiendo, pero en seguida hay que volver a ponérselas”, comenta Uzcategui.
Sweet Space es un planeta en el que no hay lugar para el aburrimiento, ya que además, los espacios irán cambiando periódicamente, de forma que los visitantes se sorprendan cada vez que visiten el museo, prometen sus creadoras.