La mitad de los empresarios asegura que tendrá que reducir plantilla

La confianza de los directivos se desploma a niveles de 2013

La economía prácticamente paralizada

Joaquín Vizmanos

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La crisis del COVID-19 está haciendo mella en la economía española y en las perspectivas de los directivos. El 74% considera que la situación es “mala” o “muy mala”, con lo que su confianza se sitúa en niveles de 2013 cuando estábamos todavía en plena recesión. Así se desprende de una encuesta que acaba de publicar KPMG en colaboración con CEOE.

Ese pesimismo pasará factura al empleo. El 51% de los empresarios asegura que no tendrá más remedio que reducir plantilla para intentar hacer frente a este escenario, 8 puntos porcentuales más respecto al anterior sondeo, realizado hace solo tres semanas. Para afrontar esta grave situación, el 35% ha recurrido a los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) por fuerza mayor mientras que el 16% ha aplicado ERTE o reducción de jornada por causas productivas. A su vez, el 25% ha puesto en marcha medidas de flexibilización de la jornada laboral y el 23% ha favorecido la anticipación de vacaciones a sus empleados.

Al ajuste laboral se suma el de los salarios. El 38% de las empresas anticipa que tendrá que rebajar las condiciones económicas de sus plantillas, mientras que el 34% cree que tendrá que recurrir al diferimiento de la remuneración o la reducción/eliminación de los complementos variables de este año, tanto para empleados como para directivos.

Menos negocio

El 77% de las empresas espera descensos de la facturación de este año. El 11% cree que se mantendrá igual y el 12%, que aumentará. La crisis está afectando a todas las áreas de las compañías aunque sobresale sobre el resto los ratios de liquidez y la tesorería, que es mencionada por el 55% de los encuestados, seguida de la estrategia comercial, que ha sido modificada por el 55% de los directivos. Por el contrario, conforme pasan las semanas el impacto de la crisis en la gestión de personas se va a asimilando de forma que este aspecto pasa a una tercera posición, señalada por 47% de los directivos, frente al 63% anterior de la muestra anterior. Todas las medidas que están tomando las empresas son fruto de la caída de la actividad derivada de las restricciones provocadas por el estado de alarma. Un 32% ha podido mantener activa más del 80%. Por el contrario, un 34% ha podido mantener funcionando menos de un 20% de su actividad.

Como era de esperar, todo lo anterior encaja con la opinión que tienen los empresarios españoles sobre el futuro de economía. A un año vista, la situación no mejora sustancialmente ya que el 67% cree que la economía española estará peor o mucho peor, aunque llama la atención que esta cifra es 5 puntos porcentuales inferior a la de hace dos semanas, o lo que es lo mismo, disminuye levemente el pesimismo de los empresarios españoles respecto al futuro a medio plazo. Con este panorama, la inversión sufrirá. El 64% de los directivos asegura que la reducirá.

El presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, ha afirmado que “las empresas están enfocadas en resolver no solo sus problemas actuales de liquidez, cadenas de suministros o de gestión de personas, sino que también se están preparando para transformar sus modelos de negocio a medio plazo en la nueva realidad que surgirá después de esta crisis”.

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