Así encaran la nueva cita electoral PSOE, PP, Cs, Podemos y Vox

Y tan insostenible y contaminada está la atmósfera política que ha obligado a Pedro Sánchez a convocar elecciones. ¿Cómo llegan los partidos a esta convocatoria electoral?

Si hacemos caso al CIS el PSOE no debería temer una derrota en las urnas. El Centro que dirige Félix Tezanos otorga a los socialistas el 30% de losa votos y hunde al PP que se convertiría en la cuarta fuerza política. La verdad parece muy distinta a lo que dibujan las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Dicen los periodistas que cubren la información del PSOE que con Pedro Sánchez todo es posible. Y tienen razón. No debemos olvidar que al ahora presidente, los "barones" le echaron de la secretaría general y no sólo regresó al cargo sino que acabó en la Moncloa. En junio de 2018 los independentistas convirtieron a Sánchez en Presidente del Gobierno. El líder del PSOE presentó una moción de censura contra Mariano Rajoy prometiendo convocar elecciones por higiene democrática. Tras llegar a la Moncloa Sánchez se olvidó de sus promesas y decidió agotar la legislatura. En este tiempo, Pedro Sánchez ha sufrido un desgaste brutal y llega bastante tocado a la convocatoria electoral. Repasemos el momento del PSOE

En conclusión, Pedro Sánchez llega a las elecciones con una gestión mediocre, con una imagen política de debilidad ante el independentismo y con una imagen personal muy deteriorada

Hace ocho meses Pablo Casado era el Vicesecretario de Comunicación de un partido acuciado por los casos de corrupción y al que acaban de desmontar del poder. Hoy Casado es el líder de un PP que ha logrado el poder en Andalucía, ha renovado su cúpula y trata de reagrupar a sus votantes en torno a un proyecto centrista.

Casado ha dejado a un lado la corrupción y aunque el calendario judicial seguirá mostrando fotos de lídres populares en los banquillos, los dirigentes del nuevo PP no tienen que dar explicacionesn si sobre su patrimonio ni sobre sus acciones de Gobierno.

El PP llega a las elecciones con Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía. Una brillante negociación política a dos bandas, con Ciudadanos y Vox, ha servido para llegar a San Telmo. Ahora ese modelo, el modelo andaluz, sirve como ejemplo para demostrar lo que se quiere hacer en el resto de España.

Podemos llega realmente tocado a la convocatoria electoral. El tándem Pablo Iglesias-Irene Montero tiene abiertas muchas vías de agua, a cada cual más grave.

Quizás el desgaste más fuerte lo haya experimentado su imagen personal. El episodio del chalet de 600.000 euros en alguien cuyo discurso siempre ha girado en torno a los privilegios de la casta, ha dejado muy tocada la credibilidad y la sinceridad del discurso.

Pero posiblemente el mayor problema de Podemos a día de hoy sea su crisis interna y el debilitamiento del liderazgo de Iglesias. Iñigo Errejón ha sido quien ha destapado la caja de truenos. El ideólogo, quien durante mucho tiempo fuera la mano derecha de Iglesias, ha evidenciado con su decisión de presentarse a las autonómicas de la mano de Carmena, que Podemos es un nido de egos que luchan por el poder pero no un proyecto unitario.

En definitiva Podemos llega a este adelanto electoral fragmentado, con el liderazgo de Iglesias cuestionado y con las encuestas en contra.

Hace ocho meses Albert Rivera y Ciudadanos marcaban la agenda. Tanto en Cataluña como en el Congreso las intervenciones de Rivera eran seguidas con sumo interés. De hecho algunos opinadores situaban a Rivera como el próximo inquilino de la Moncloa. Hoy Ciudadanos ha perdido esa relevancia mediática.

Es cierto que ha permitido el cambio en Andalucía y Juan Marín es actualmente el vicepresidente de la Junta de Andalucía, pero el protagonismo de esa negociación lo ha acaparado el PP. La formación naranja se ha apartado del foco. En Cataluña Inés Arrimadas sigue ejerciendo de oposición al nacionalismo, algo que le puede reportar muchos votos en las urnas

Así las cosas Albert Rivera y los suyos llegan en un segundo plano y más lejos de la Moncloa de lo que estaban hace 8 meses.

La formación de Santiago Abascal es la que llega con mejores perspectivas. Hace ocho meses eran totalmente irrelevantes política y mediáticamente. Hoy han entrado con fuerza en el Parlamento andaluz permitiendo el cambio de Gobierno, forman ya parte del debate político y mediático y tienen grandes expectativas de cara a las generales. Anque también hay que decir que la forma de plantear la negoción para permitir el cambio de Gobierno en Andalucía dejó muchas dudas sobre su forma de hace política y su programa electoral.

Vox era hace unos meses una formación outsider a entrar en los cálculos electores que llevarían a la Moncloa a Pablo Casado.