Ayuso y Casado, de amigos a rivales: Así ha sido su relación desde que llegaron a las Nuevas Generaciones
Gustos comunes, afán de hacer política y un liderazgo que los ha acabado distanciando. El espionaje sobre el hermano de Díaz Ayuso ha sido la gota que ha colmado el vaso
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Las relaciones de amistad nunca han sido sencillas para nadie, ni para las personas que mayor posibilidad tendrían de guardar una buena relación. Quizá este no sea el caso de Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, dos personas que, a pesar de que empezaron guardando una relación cordial, cercana e incluso -por qué no decirlo-, de amistad; han visto como el paso del tiempo se ha dedicado a prender las ascuas de una hoguera repleta de batallas de liderazgo, rivalidad y luchas de poder.
Pero pongámonos en contexto brevemente. Según varias fuentes, la dirección nacional del PP investiga desde el pasado mes de octubre un contrato de 1,5 millones de euros relacionado con el hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y pidió explicaciones a la dirigente ante posibles irregularidades.
Génova investigó el contrato y mantuvo ese mes una reunión con Díaz Ayuso, según han confirmado fuentes de la dirección nacional del PP, que siguen negando el encargo de un espionaje a través de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid. En la reunión entre la dirección nacional del PP y Díaz Ayuso, la presidenta madrileña se habría desvinculado de este contrato y habría pedido que preguntasen a su hermano, Tomás Díaz Ayuso al respecto.
Diferentes fuentes referidas al tema aportan que el PP avisó de que revelaría la información sobre este contrato si la presidenta madrileña no abandonaba la pugna por hacerse con el control del PP madrileño, algo que niegan de forma tajante desde la dirección nacional del PP. Desde el entorno de la presidenta recalcan además que no existe irregularidad alguna en el contrato de 1,5 millones de euros para la compra de mascarillas FFP2 y FFP3.
La llegada a las Nuevas Generaciones
Las relaciones de amistad tienen de manera general, inicios similares. Los ámbitos de unión pueden ser la coincidencia de intereses, la similitud en cuanto a las ideologías, o el planteamiento de objetivos parecidos en la vida. Seguro que tanto para Pablo Casado como Isabel Díaz Ayuso, tenían en común varias de estas pretensiones, además de una cierta cercanía existente debido a que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, guarda ciertas raíces en la Ávila natal del líder popular.
Fue hace casi dos décadas cuando ambos coincidieron en el ingreso dentro de las Nuevas Generaciones del Partido Popular. A partir de ahí surgió una amistad cercana, un trato cordial; eran amigos. Los dos empezaron a desarrollar sus papeles dentro de esta división del partido, tenían una forma similar de ver el futuro del partido; sentían absoluta pasión por la nueva política, la comunicación al estilo estadounidense y la enorme influencia de las redes sociales.
Estas coincidencias a la hora de ver los diferentes aspectos del partido, motivaron que ambos crecieran unidos en la cantera del partido de la gaviota, a pesar de que Ayuso es tres años mayor que Casado. El buen hacer de ambos, el constante crecimiento, y su interesante manera de trabajar no pasó desapercibida para nadie. Arrancaban sus carreras políticas separándose.
Una batalla mediática
El papel de Pablo Casado desde que llegó al partido, fue como el de cualquier otro, de menos a más. Comenzó como diputado por la Asamblea de Madrid, hasta que poco a poco fue ascendiendo de rango e importancia hasta alcanzar la Jefatura de Gabinete y Vicesecretaría general del partido. Este meteórico ascenso contrarrestaba con el de Isabel Díaz Ayuso, quien se convertía en la cabeza del PP en Madrid después que culminara el escándalo de Cristina Cifuentes.
Cuando en 2018 Casado se convirtió en el Presidente del Partido Popular, contaría con la madrileña para darle una nueva imagen que quería mostrar el partido. El Partido Popular crecía y también lo hacían ambos. Uno dirigiendo la marca política y la otra alcanzando la presidencia de la Comunidad de Madrid. Aumentaba su prestigio, su juventud les daba credibilidad en los más jóvenes y los populares habían alcanzado su objetivo.
Sorpasso de Ayuso
Los problemas para Pablo Casado empezaron con Cayetana Álvarez de Toledo. El líder del partido incorporó a la primera fila del mismo a la mujer que revolucionó la división catalana del PP, y las cosas funcionaron hasta que la rivalidad entre ambos comenzó. Se pudo comprobar que el liderazgo se imponía como una de las mayores pretensiones de Pablo Casado que, al mismo tiempo, tuvo que comprobar como la brillante gestión de la pandemia de la Presidenta Ayuso, empezaba a generar una enorme popularidad en la madrileña.
La cúspide de esta sensación llegó en mayo de 2021, cuando Isabel Díaz Ayuso logró un resultado histórico en la Asamblea de Madrid. Eran muchos los españoles que empezaban a preferir a Ayuso antes que a Casado para dirigir el partido; una incomodidad tal que provocó que esa relación tan cercana que tenían desde hace tantos años, se desmoronaba sin piedad ante una circunstancia nueva de rivalidad, que está derivando en una de las mayores crisis institucionales del Partido Popular.