Cinco años desde que Sergio Morate cometiera dos de los crímenes más atroces de la década

La próxima semana se cumplen cinco años desde que comenzara el calvario para dos familias: la de Laura del Hoyo y Marina Okarysnka. Fue el 6 de agosto de 2015, con más de media España de vacaciones, cuando las madres de ambas jóvenes acudieron a la comisaría de Cuenca para denunciar la desaparición de sus hijas, de apenas 24 años.

Sergio Morate, expareja de Marina, las había asesinado un día antes. Desde el primer momento fue el principal sospechoso por sus antecentes penales y por la mala relación que mantenía con ella, de origen ucraniano.

La investigación apuntó desde el primer momento a Sergio Morate

La policía inició enseguida las investigaciones, conscientes de que había muchas posibilidades de que aquello acabase en un verdadero drama. Pesquisas que se prolongaron por un periodo de seis días, hasta el 12 de agosto, cuando los cuerpos de Laura y Marina fueron hallados en el nacimiento del río Huécar, cerca de la población de Palomera (Cuenca) por un vecino que circulaba en bicicleta.

Como hemos comentado, desde el inicio de las investigaciones Sergio Morate fue el principal sospechoso. Ya había sido condenado siete años antes a 18 meses de prisión por un episodio de violencia de género, con secuestro y extorsión incluido.

La relación que mantuvo Morate con Marina Okarysnka había finalizado aquel enero de 2015. Tras la ruptura, Marina decidió marcharse a su país de origen. Pero Morate, lejos de olvidarla, la siguió hasta Ucrania. Pero Marina estaba convencida en que lo mejor era mantenerse lejos de él.

Marina regresó a España en verano

Con motivo de las vacaciones de verano, Marina regresó a Cuenca para visitar a su familia, que residía en nuestro país. Todo parecía indicar que Morate era historia para la joven. De hecho, Marina había rehecho su vida contrayendo matrimonio en Ucrania. Pero nada más lejos de la realidad.

Sergio Morate, que entre sus rasgos de personalidad destacaban sus celos, no asumía el final de la relación, siendo el momento en el que perpetró el crimen contra la que un día fue su novia. Pese a que el noviazgo de ambos había concluido hace meses, Marina aún tenía enseres en la vivienda que había convivido junto a Morate.

Por ello, Marina quedó con el asesino para recogerlas. Una vez que se hallaron los cuerpos de las jovenes y se procedió al registro del domicilio de Sergio Morate, los investigadores comprobaron que las pertenencias de la chica aún permanecían en el hogar, por lo que Marina no llegó a recogerlas. Tampoco se hallaron signos de violencia entre las paredes de la vivienda, pero sí unas sospechosas cuerdas y bolsas de plástico.

Laura del Hoyo trastoca los planes de Morate

Cuando Marina dio el paso para acudir a la casa de su expareja para recoger sus pertenencias, entró en juego Laura del Hoyo, una de las mejores amigas de Marina en España. Los investigadores pensaban que Marina avisó a su amiga para estar más segura y evitar que el reencuentro con Morate se prolongase.

Ambas jóvenes acceden a la vivienda de su verdugo, siendo la última vez que Laura y Marina fueron vistas con vida. Se desconoce a ciencia cierta lo que sucedió en el interior del inmueble, pero las autopsias sí revelaban que Marina recibió un fuerte golpe en la cabeza y fue asfixiada con una brida y que Sergio estranguló con sus manos a Laura.

El hecho de que Laura acudiera a la casa de Morate, no estaba en los planes de este último, por lo que a la hora de deshacerse de los cuerpos, cometió multitud de errores. Durante semanas estuvo cavando una tumba para Marina y, cuando asesina a Laura, trató de hacer el hueco más grande, pero el tiempo iba en su contra por lo que la ocultación de los cuerpos fue imperfecta.

Pero cometió un error aún más garrafal, y fue olvidarse en el lugar una garrafa de agua de la Virgen de Fátima que tenía su madre, y donde posteriormente apareció su ADN.

Morate enterró a ambas en unos terrenos retirados, cercanos al nacimiento del río Huécar, en la localidad de Palomera. Se trata de un municipio donde la familia del asesino tiene una vivienda. Fue un ciclista quien, junto a su perro, vislumbró ambos cuerpos.

Sergio Morate huye a Rumanía tras cometer los crímenes

Tras cometer los crímenes, Sergio Morate decidió huir de Cuenca y de nuestro país rumbo a Rumanía. En un primer momento, no era la intención de Morate. Su plan consistía en asesinar a Marina para horas después desplazarse hasta Alicante a un concierto con un amigo y luego regresar a Cuenca.

Pero finalmente optó por ponerse en contacto con su amigo rumano Istvan, a quien había conocido durante sus años en prisión, para dirigirse al país del este europeo. Lo hizo en el coche de su hermano, un Seat Ibiza de color verde.

Por suerte, la policía conocía el destino de Morate, por lo que cuando llegó a Rumanía los agentes le tenían puesto el cerco. Para ello fue necesario la cooperación entre las policías de ambos países. Fue detenido el 13 de agosto en el domicilio de su amigo Istvan.

Morate permaneció preso en Rumanía hasta el 5 de septiembre de 2015, tres días después de que se aceptara la peticion de extradición por parte de España.

Morate, condenado a 48 años de prisión

El juicio contra Sergio Morate se celebró en octubre de 2017. El jurado popular le declaró culpable, por lo que el juez le condenó a 48 años de prisión.

Actualmente se encuentra entre rejas en la cárcel ciudadrealeña de Herrera de la Mancha. Hasta el 1 de marzo de 2018 se encontraba en la prisión de Estremera (Madrid), donde incluso compartió módulo con Patrick Nogueira, el asesino de un matrimonio y sus dos hijos pequeños en la localidad guadalajareña de Pioz.