El doble dardo de Sánchez al independentismo: la negociadora del 155 y 'la bestia negra' del procés, en el Gobierno
Carmen Calvo y Josep Borrell se encargarán de difundir el mensaje antiseparatista dentro y fuera de España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Poco a poco, vamos conociendo los nombres de las carteras que Pedro Sánchez tiene reservadas para sus más allegados. Ya tenemos siete nombres del futuro Ejecutivo: Carmen Calvo será vicepresidenta y ministra de Igualdad; Teresa Ribera, ministra de Medio Ambiente; María Jesús Montero, ministra de Hacienda; Meritxel Batet, ministra de Administraciones Públicas, Josep Borrell, ministro de Exteriores y José Luis Ábalos, ministro de Fomento.
De todos estos nombres, hay dos que resultan especialmente molestos para el independentismo: Carmen Calvo, la negociadora del 155, y la 'bestia negra' del procés, Josep Borrell.
Carmen Calvo
Calvo ocupó la consejería de cultura de Andalucía antes de dar el gran salto al gobierno de J. L. Rodríguez Zapatero. Duró tres años en el ministerio de Cultura, antes de convertirse en vicepresidenta del Congreso. De su mandato se recuerda el conflictivo traslado a la Generalitat de los documentos sobre la Guerra Civil, que albergaba hasta entonces el Archivo de Salamanca. También la polémica Ley del Cine que puso a las salas en huelga y forzaba cuotas de exhibición de producciones españolas, así como un intento fallido de rebajar el IVA de la música hasta el 1%.
Hace once meses, Pedro Sánchez la "rescató" de la docencia para la secretaría de Igualdad del PSOE. El año pasado se encargó de pactar con PP y Ciudadanos la aplicación del artículo 155 en Cataluña, logrando una nueva convocatoria electoral en la comunidad autónoma. En enero de este año coordinaba, además, el proyecto de los diez “acuerdos de país” que Sánchez puso en marcha sobre diez áreas para que se abordaran con colectivos sociales de distintos ámbitos.
Josep Borrell
Borrel comenzó una carrera política que lo llevó en volandas a las altas esferas del Gobierno de Felipe González. Comenzó como secretario de Estado de Hacienda durante siete años, tras los cuales fue designado ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente (1991). En 1994 entró en el Comité Federal del PSOE, y en 1998, con José María Aznar en el Ejecutivo, ganó las primarias para ser candidato del partido a la presidencia del gobierno.
Un año después tuvo que renunciar, tras un escándalo de corrupción que implicaba a dos de sus ex colaboradores. Sin embargo, esto solo le sirvió de trampolín para llegar a la comisión mixta del Congreso-Senado de la Unión Europea, posición que le ayudaría a conseguir la presidencia del Parlamento Europeo en 2004. Duró tres años, y en enero de 2010 ocupó el cargo de Presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia(Italia), que terminó dejando en 2012 por un conflicto de itnereses.
A partir de entonces dio un paso atrás en el escenario político. Su relación con Pedro Sánchez siempre ha sido fructífera, hasta el punto de que ha sido uno de sus escasos apoyos desde que llegara a la secretaría general por primera vez y volviera a ella después del "no es no" a Rajoy.
No se puede decir lo mismo del independentismo, con el que se lleva a muerte. No en vano exigió que en Cataluña "se desinfectaran las heridas" antes de que el Estado pusiera fin a la independencia proclamada por Puigdemont, y ha llegado a comparar estos días a Quim Torra con Le Pen, asegurando, irónicamente, que "ni en sueños" podría ponerse a su altura por su talante xenófobo.