25 años de la victoria de Aznar en unas elecciones generales: las primeras del centro-derecha

El triunfo del PP puso fin a 13 años de gobierno socialista e inició una nueva era política en España

25 años de la victoria de Aznar en unas elecciones generales: las primeras del centro-derecha

Juan Andrés Rubert

Publicado el - Actualizado

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A principios de los años 90 el felipismo comenzaba a dar síntomas de fatiga y agotamiento. Las victorias aplastantes cosechadas por el PSOE desde 1982 empezaban a quedar lejos y España parecía que iba a dar un giro de timón en la política, a pesar de que este no terminaba de llegar. La crisis económica, los casos de corrupción socialista y el elevado paro, sumado al hastío con el hasta entonces invencible PSOE, propiciaron que el PP ganara las elecciones en 1996, con José María Aznar al frente.

Previamente a ese escenario, el centro-derecha no atravesaba por su mejor momento. Cuando ya agonizaban los 80, el propio Manuel Fraga volvió a coger las riendas de su partido, Alianza Popular, después del experimento fallido de Antonio Hernández Mancha. Refundó la formación, abandonó las siglas de AP para evolucionar en Partido Popular. El 4 de septiembre de 1989, José María Aznar salió elegido candidato a las elecciones generales, a propuesta del propio Fraga.

El centro-derecho estaba más o menos unificado, pero no había forma de dar con la tecla para plantarle cara a los socialistas, muy fuertes y con un amplio respaldo social.

En abril de 1990, Aznar se convirtió en presidente del partido. Fraga, al poco tiempo, fue nombrado presidente fundador del PP. Ahí comenzaría, a fuego lento, el cambio del transcurso político en España culminado en la victoria de Aznar el 3 de marzo de 1996. Momento en el que todo el electorado del centro-derecha estaba unificado bajo la bandera del PP.

El PP se presentó de forma conjunta con Unión del Pueblo Navarro y el Partido Aragonés. Obtuvo 9.716.006 millones de votos, el 39,18% del total y 156 escaños, 15 arriba con respecto a los socialistas. Fue cuando se puso de moda aquello de la dulce derrota que señalaba Felipe González o la amarga victoria que predicaba Alfonso Guerra. La victoria por encima del PSOE fue pírrica, apenas 290.000 votos más.

Aun así, suficiente para que Aznar fuera investido presidente del Gobierno con 181 votos a favor, superando la mayoría absoluta (176). Contó el apoyo de los 16 diputados de Convergència i Unió, los cinco del Partido Nacionalista Vasco y los cuatro de Coalición Canaria.

Aquella victoria fue celebrada con entusiasmo en el cuartel general del PP, Génova, 13. El balcón principal de la sede fue escenario y testigo de la primera vez que ganaba la derecha en España. El cambio era posible y los populares vivían montados en la euforia. Para la historia queda la salida a ese balcón de José María Aznar; su mujer, Ana Botella; Francisco Álvarez Cascos, secretario general del partido; Rodrigo Rato, portavoz popular; y Mariano Rajoy como uno de los hombres fuertes del PP.

El panorama político era bien distinto y mucho ha cambiado todo desde entonces. Aquel fue el comienzo de la primera etapa dulce popular. Ahora, hasta la sede va a ser un mal recuerdo que quedará en el olvido. Los casos de corrupción cercaron al partido, la imagen quedó muy debilitada y el PP se encuentra en un proceso de transformación y renovación. Poco o nada queda ya de ese antiguo PP. Una ruptura con el pasado en el que Pablo Casado, nuevo eje del partido, quiere asentar las nuevas bases. Una estrategia de renovación y viaje al centro político para recuperar el electorado perdido.

El bipartidismo del que han gozado tanto el PSOE como el PP se evaporó con el paso de los años. Ambos sufrieron fracturas en el electorado, tanto a la izquierda como a la derecha. La irrupción en el panorama político de Podemos y Ciudadanos fraccionó las opciones a la hora de votar. El primero le quitaría votos a los socialistas por la izquierda y el segundo le ganaría terreno tanto al PSOE como a los populares. Más tarde, el crecimiento exponencial de Vox rompió aún más el espacio de la derecha, incluso poniendo en riesgo el liderazgo popular en la oposición.

25 años después, el panorama en el espectro de la derecha está muy dividido. La fragmentación parlamentaria progresiva ha debilitado mucho la posición de los populares, que ahora tratan de enderezar su rumbo. Ahora, PP, Vox y Ciudadanos, este último en menor medida, son los que se mueven en ese tablero.

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