China espera a Rusia: la respuesta de Occidente en Ucrania marcará lo que ocurra en Taiwán
China pretende invadir Taiwán y ve el intento de Rusia de ocupar Ucrania como una prueba de lo que podría suceder si Pekín da el paso para invadir Taipéi
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La atención internacional está puesta en la frontera de Ucrania con la posible invasión de Rusia al país. La OTAN, Estados Unidos y los países europeos están tratando de evitar por la vía diplomática que estalle el conflicto, pero Putin sigue tensando la cuerda. El foco está puesto en esta crisis, pero hay un actor interesado en esta pugna al que no se le está prestando atención y lo que ocurra en esta posible invasión puede ser clave para su futuro.
China y Taiwán mantienen un conflicto similar al que se está produciendo en la frontera de Ucrania y este se remonta a la guerra civil en China continental entre el Gobierno de Kuomitang y los comunistas de Mao Tse-Tung, que finalizó en 1949. En este momento se proclamó la República Popular China liderada por Mao y los nacionalistas se establecieron en el territorio de Taiwán. China considera que este territorio les pertenece y ha intentado en numerosas ocasiones ocupar Taipéi, con declaraciones abiertas de que no renuncia a utilizar la fuerza para unificar el territorio chino.
Taiwán, una situación similar a Ucrania
En este enfrentamiento territorial, Estados Unidos defiende a Taiwán, como en Europa defiende a Ucrania frente a Rusia. La situación es similar, dos potencias que reclaman dos territorios que en el pasado formaban parte del país, pero que se independizaron. Además, estas dos potencias son rivales de Estados Unidos, por lo que China observa al detalle cuáles son los movimientos de Joe Biden para frenar el conflicto en Europa para actuar en función de esta respuesta.
Mientras toda la atención internacional se centra en la amenaza de Rusia a Ucrania, China sobrevoló la zona de defensa aérea de Taiwán con 39 aviones militares entre los que había 34 cazas, cuatro aeronaves de inteligencia electrónica y un bombardeo. Este ha sido el mayor despliegue de Pekín en la isla desde el 4 de octubre cuando la República Popular lanzó una incursión de 56 aviones a la zona de defensa aérea. El ministro de Taiwán confirmó esta incursión y explicó que su "fuerza aérea interceptó aviones, emitió advertencias de radio y desplegó sistemas de defensa aérea contra misiles para supervisar las actividades de los aviones militares".
Esta última amenaza se ha producido como respuesta a las maniobras militares que realizaron Estados Unidos y Japón al este de Taiwán. Además, previamente el presidente del país americano se había reunido con el primer ministro japonés para llegar a un acuerdo de apoyo entre ambos países para gestionar el aumento de las maniobras de Corea del Norte con misiles nucleares, la crisis en la frontera de Ucrania y el desarrollo militar de China. Estas dos acciones no fueron bien recibidas en China y el Ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, presentó una protesta diplomática oficial por considerar que "han vuelto a difamar y atacar a China, y han injerido con osadía en los asuntos internos de China".
China posee un gran poderío militar y está tratando de desgastar los recursos de Taiwán para debilitar al país sin necesidad de atacar. Casi todos los días el ejército chino despliega aeronaves y realiza movimiento navales para presionar a Taipéi a tener su dispositivo militar en alerta. China se puede permitir este gasto, pero esto provoca en Taiwán un agotamiento por su menor disponibilidad de recursos.
La alianza entre Rusia y China amenaza a EE.UU. y Europa
La situación que se vive en Asia recuerda a la que se está produciendo a unos 8.000 kilómetros de distancia en Europa. Ambas potencias reclaman un territorio independiente que les pertenecía en el pasado, han intentado invadir al otro país y mantienen cerca de la frontera sus tropas para amenazar al país y aumentar la tensión de la crisis. Además, tanto Rusia como China tienen como principal opositor a Estados Unidos, quien ha manifestado que condena las intenciones de ambas potencias y defiende tanto a Ucrania como a Taiwán.
De esta manera, se está forjando una alianza de Rusia y China por una situación similar para ocupar otro territorio y oponerse a Estados Unidos, la otra potencia mundial. Esta unión de intereses comenzó con las sanciones económicas a Rusia por la invasión de Crimea en 2014. A partir de este momento, Moscú dejó de mirar hacia Europa y comenzó a centrarse en China. Esta mejora de las relaciones entre Rusia y China han tenido un gran impacto en los recursos energéticos y el país liderado por Putin está aumentando las exportaciones de gas natural y petróleo en detrimento de Europa. De esta manera, China hizo que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa en 2014 no tuviesen un gran impacto en la economía rusa.
En este contexto, se espera que en tres años Pekín sea el principal comprador de gas ruso por delante de Alemania, que es el país europeo con mayor dependencia rusa en materia energética. Además, Moscú se está posicionando cerca del principal proveedor de recursos energéticos en China, Arabia Saudí, por lo que la relación entre estas dos potencias puede volverse más fuerte.
Estos lazos entre Rusia y China se pueden ver en el comercio exterior ruso. En 2013, Pekín representaba el 10,5% de estos intercambios y en 2020 esta cifra aumentó hasta el 18,3%. Por otro lado, en este periodo Europa ha pasado del 49,9% al 38,5%. Además, China y Rusia barajan crear una infraestructura financiera independiente que no dependa del dólar para gestionar los pagos sin que influya Estados Unidos. En el ámbito militar, Rusia ha vendido cazas y armamento de última generación y proporciona apoyo en el desarrollo del sistemas antimisiles chino. Tal es el apoyo entre ambos ejércitos que han llegado a realizar maniobras conjuntas.
Esta alianza cada vez aumenta más y supone una amenaza para Estados Unidos y Europa. Putin y Xi Jinping no han establecido un acuerdo oficial, pero su apoyo en los distintos ámbitos muestran que esta relación cada vez es más fuerte. Ambos países pueden apoyarse en caso de sanciones en sus respectivos conflictos para lograr su objetivo de invadir Ucrania y Taiwán respectivamente y apoyarse económicamente para ser independientes de Estados Unidos y Europa.
China ve el conflicto en el continente europeo como una prueba de lo que podría ocurrir si ellos actúan. Pekín no aprueba formalmente la anexión de Crimea por parte de Rusia y Moscú tampoco lo hace a China en sus intenciones de invadir Taiwán. Sin embargo, esta alianza entre países explica el porqué de la postura de Putin en Ucrania, que no parecen importarle las sanciones por tener a China como apoyo para que no le afecten las graves sanciones que prometen los miembros de la OTAN si ejecuta la ocupación.