Turquía, un año después del terremoto: “En Hatay todavía hay gente en tiendas de campaña”
"Por toda la región han aparecido ciudades de contenedores", cuenta a COPE desde Estambul el español Carlos Ortega
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”Están intentando volver a la normalidad”, cuenta a COPE Carlos Ortega Sánchez, doctorando en política turca en la Universidad de Estambul. Un año después del terremoto en el que murieron -según las cifras oficiales- 50.000 personas en Turquía, en el que fueron destruidas 35.000 casas y cerca de 300.000 edificaciones sufrieron daños graves, los ciudadanos turcos afectados por el seísmo tratan de recuperar su vida. Más de 3,6 millones de personas se quedaron sin hogar. Casi 800.000 sigue viviendo en asentamientos temporales en contenedores y tiendas de campaña. Carlos Ortega asegura que “la cosa varía por provincias, varias provincias están bastante bien, salvo Hatay y la ciudad de Antioquía, la capital de esa provincia, que está casi igual que hace un año”. Explica que “por toda la región han aparecido las ciudades de contenedores. Se han derruido ciudades enteras y no se ha podido reconstruir todo ni mucho menos, y entonces han aparecido ciudades de contenedores temporales hasta que se vayan construyendo las casas”. Estos contenedores disponen de una habitación, pero no tienen cuarto de baño ni cocina. “La provincia de Hatay es la que está más al sur y la más afectada, y todavía hay gente viviendo en tiendas de campaña, con lo que conlleva vivir en invierno en tiendas de campaña; la situación en Hatay es bastante precaria”, señala.
Además, afirma que “el número de víctimas aún no ha sido esclarecido. Los números oficiales eran de 50.000 muertos, que a todo el mundo le parecía poco, la verdad. Y hace unos días un candidato por el partido AKP, el partido de Erdogan, dijo -o se le coló- una cifra que se acerca más a lo que percibimos que es la realidad, que es de 130.000 muertos. Que haya 80.000 muertos arriba o abajo demuestra el desconocimiento del impacto del terremoto”.
La jefa de la delegación de la Media Luna Roja en Turquía, Jessie Thomson, confirma a COPE que “hay todavía muchas personas en alojamientos temporales, la mayoría en contenedores y algunos en tiendas de campaña. Y algunas personas están alojadas con amigos y seres queridos porque no tienen una casa a la que volver”. Según Thomson, “es difícil saber calcular cuánto tiempo van a tardar en recuperarse. Lo que sabemos es que no va a ser un retorno rápido a sus hogares por la dimensión de la destrucción. La reconstrucción tardará un tiempo, y en algunos casos no pueden reconstruir en los sitios donde vivía la gente” por el alto riesgo de terremoto.
A juicio de Carlos Ortega, las autoridades turcas se han empezado a tomar al menos parcialmente en serio la aplicación de las normas de construcción para evitar los efectos de los temblores. Indica que “las viviendas de protección oficial del gobierno no se cayeron durante el terremoto y ahora se están construyendo masivamente para los refugiados que se quedaron sin casa a causa del terremoto. En ese aspecto sí que parece que se esté tomando en serio”. Sobre los efectos del seísmo en el panorama político turco opina que “en las elecciones muchos esperaban un voto de castigo por los problemas que hubo en las construcciones, que demostraron que hubo problemas de corrupción. El gobierno promulgó leyes de amnistía para construcciones ilegales, que se vinieron abajo todas. Hubo un voto de castigo, pero no lo suficiente para hacer que se tambaleara el gobierno de Erdogan”.