La inmigración como excusa para no hablar de los problemas de Alemania
"Alemania celebra elecciones el domingo en un clima de conmoción"
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Escucha la línea editorial de la mañana del viernes 21 de febrero de 2025
Madrid - Publicado el
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Alemania celebra elecciones el domingo en un clima de conmoción. La victoria, prácticamente asegurada, será para la democracia cristiana, pero en segundo lugar las encuestas sitúan a Alternativa por Alemania, grupo con el que hace un año rompieron Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini, después de que uno de sus eurodiputados blanqueara la historia de las SS nazis. La conmoción es doble por el apoyo de la Administración Trump a este partido. Para calibrar el impacto es necesario tener en cuenta que la fundación de la RFA y de su sistema democrático fue obra de EE. UU., y que el anclaje trasatlántico, la relación con Norteamérica, es uno de los pilares básicos del consenso vigente desde el final de la II Guerra Mundial. Tan dura o más resulta para Alemania la adaptación a las nuevas relaciones con Rusia, de la que hasta ahora ha obtenido abundante energía barata. Otro golpe duro está suponiendo la redefinición de las relaciones de Europa con China, con el resultado final de que peligra seriamente el poderío industrial germano. La polarización del sistema político es consecuencia de esta crisis. No solo asciende la ultraderecha. La izquierda radical, igualmente hostil a la inmigración, está achicando el espacio del centro político. El democristiano Friedrich Merz, que seguramente necesite una gran coalición para gobernar, ha anunciado que endurecerá la política migratoria. Es un intento a la desesperada de taponar la fuga de votos hacia los populismos. Más pronto que tarde Merz tendrá que decirles la verdad a los alemanes sobre los verdaderos y graves problemas que afronta el país, pero antes necesita ganar las elecciones.