La “clarificación” en Francia: populismo o tecnocracia

Emmanuel Macron ha cerrado la puerta a un gobierno de izquierdas en Francia y ha abierto nueva ronda de consultas para la formación de un ejecutivo de centristas y conservadores, que deberá buscar apoyos en el centroizquierda. El argumento del presidente no está exento de lógica: un gobierno del Nuevo Frente Popular, aun sin ministros de la Francia Insumisa, generaría rechazo frontal en los demás bloques. Incluso con una candidata más moderada, como Lucie Castets, el programa suponía una enmienda a la totalidad a las reformas de los últimos años y abocaba a una moción de censura transcurrido el preceptivo período de 12 meses. Con todo, un gobierno provisional inoperante de izquierdas hubiera supuesto un mal menor frente a un ejecutivo centrista que, además de conducir a Francia igualmente a la parálisis, cuestiona los cimientos de la V República. 

El sistema fundado en 1958 por De Gaulle ofreció soluciones a la inestabilidad de la III y la IV República, pero la fórmula parece agotada por el avance de la extrema derecha y la profunda crisis de los partidos moderados. La crisis viene de atrás, pero Macron puede haberle dado la puntilla. Su impulsiva disolución de la Asamblea buscaba una clarificación tras la victoria de Le Pen en las elecciones europeas. Lo único que les ha quedado claro a los franceses es que están condenados a elegir entre populismo de derecha radical o tecnocracia.