El Ayuntamiento de Madrid pide "extremar la precaución" con el arbolado ante la previsión de fuertes vientos
De forma paralela se dio luz verde a un contrato de emergencia que entró en vigor el pasado jueves para incrementar la plantilla de Zonas Verdes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Ayuntamiento de Madrid ha pedido "extremar la precaución" con el arbolado de la ciudad ante la previsión de fuertes vientos en los próximos días con la llegada a la Península Ibérica de la borrasca Hortensia, que podría provocar rachas de hasta 85 kilómetros por hora en la capital, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Según ha recordado el Consistorio en un comunicado, algunos árboles y algunas ramas sufrieron daños por el paso de la borrasca Filomena la pasada semana y podrían desprenderse, por lo que han pedido evitar transitar por calles con árboles de gran porte.
Asimismo, han recordado que el pasado 12 de enero, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, aprobó un decreto a través del cual parques municipales, instalaciones recreativas infantiles y deportivas de la ciudad se mantienen cerrados hasta que se lleven a cabo las labores de inspección del arbolado y se pueda garantizar la seguridad de los ciudadanos.
De forma paralela se dio luz verde a un contrato de emergencia que entró en vigor el pasado jueves para incrementar la plantilla de Zonas Verdes con un extra de 1.100 efectivos (hasta 3.500) para labores intensivas de limpieza de restos caídos, revisión, poda y retirada del arbolado dañado, estimado en 700.000 ejemplares, más de 150.000 situados en los ejes viarios y zonas verdes. Este operativo se mantendrá hasta el 5 de marzo.
De las 5.000 calles con arbolado que Madrid tiene, el Ayuntamiento ya ha actuado en más de 1.600. Los 3.500 trabajadores especializados han intervenido en las zonas más críticas: los ejes viarios, donde podrían estar afectados más de 50.000 ejemplares, la mayoría coníferas y pinos.
RIESGOS LATENTES DERIVADOS DE LA ACUMULACIÓN DE AGUA
La nevada caída durante 30 horas consecutivas desde el pasado 8 de enero ha provocado que algunos árboles, que no han crecido habitualmente bajo cargas de nieve no estuviesen adaptados para soportar los pesos extraordinarios.
Además de los daños visibles, se constatan riesgos latentes derivados de la acumulación de agua en oquedades de los árboles. Con las heladas de los últimos días, en algunos de ellos se puede haber producido el efecto cuña con los consiguientes desgarros, las ramas rotas retenidas en la trama de las copas han quedado expuestas a la acción del viento y la humedad del suelo próxima a la saturación es un factor de vuelco en árboles cuyo sistema radicular es más superficial.