El error que cometes al lavar las fresas y que puede afectar a tu salud: un experto explica la forma correcta de hacerlo
El mes de febrero marca el inicio de la temporada de fresas en nuestro país, una fruta ampliamente consumida y apreciada por su sabor y versatilidad
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El mes de febrero marca el inicio de la temporada de fresas en nuestro país, una fruta ampliamente consumida y apreciada por su sabor y versatilidad, además de sus múltiples beneficios para la salud.
Son una excelente fuente de vitamina C, un poderoso antioxidante que ayuda a fortalecer nuestro sistema inmune y combatir el daño celular. También contienen fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal y los antioxidantes, que contribuyen a reducir la inflamación y el riesgo de reducir enfermedades crónicas.
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Son una fruta baja en calorías y ricas en agua, lo que las convierte en la fruta perfecta para aquellas personas que deseen tener una alimentación equilibrada, pero, a la vez, quieran sentirse saciadas.
El consumo de estas frutas también tiene un gran impacto en la salud cardiovascular. Sus compuestos bioactivos ayudan a regular la presión arterial y a reducir los niveles de colesterol LDL (malo). Estos son solo algunos de los múltiples beneficios que tiene el consumo de estas frutas.
Sin embargo, todavía a día de hoy siguen incluidas en la lista 'Dirty Dozen', un informe anual del Grupo de Trabajo Ambiental de Estados Unidos, que las identifica con mayor riesgo de contener pesticidas. Debido a su piel, son más vulnerables a plagas e infecciones por hongos. Por eso, para contrarrestar estos riesgos, durante su cultivo se aplican, en ocasiones, pesticidas, lo que a largo plazo puede acabar siendo perjudicial para nuestra salud.
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¿cómo limpiar correctamente las fresas?
Changmou Xu es miembro del Instituto de Tecnólogos de Alimentos y profesor de Procesamiento de Alimentos en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y ha explicado que la mejor manera de lavarlas es con agua y bicarbonato de socio, lo que ayudará a eliminar los residuos químicos y descomponer los pesticipas que hayan podido quedar adheridos sobre la superficie.
"La mejor manera de lavar las fresas incluye remojar las frutas en agua limpia durante unos minutos y, si lo desea, agregar un poco de vinagre blanco o solución de bicarbonato de sodio", recomienda Xu. Según él, este es el método más rápido y sencillo de asegurarse de que las fresas se encuentran en buen estado y libres de residuos.
En el caso de utilizar vinagre, el procedimiento es simple: mezclar aproximadamente media taza de vinagre blanco en una taza de agua remojar las piezas de fruta durante unos minutos. El experto asegura que "el vinagre es seguro, apto para el uso alimentario, fácil de utilizar y cuenta con propiedades antibacterianas".
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La alternativa a la técnica anterior es el bicarbonato de sodio. Xu aconseja disolver algunas cucharaditas de este compuesto en un recipiente con agua, suficientemente grande como para que entren las fresas. El pH de esta solución suele ser alto, lo que la hace ligeramente alcalina y ayuda a neutralizar los residuos de pesticidas ácidos en las fresas, explica el profesor.
Independientemente del método utilizado, es fundamental enjuagar bien las fresas al finalizar la limpieza para garantizar su correcta higiene y evitar la presencia de sabores residuales.
EL MOMENTO DE LAVADO TAMBIÉN ES CLAVE
Además del cómo, importa también mucho el porqué. Se recomienda lavar solo las fresas que se vayan a consumir en ese preciso momento, ya que, como advierte el experto, "las fresas son muy perecederas y pueden desarrollar moho rápidamente, especialmente cuando están mojadas".
Por ese motivo, después de lavarlas es fundamental secarlas adecuadamente para evitar que se acumule la humedad, un factor que podría acelerar su descomposición.