OBITUARIO

Fallece Pepe Teruel, el último "clásico" del toreo madrileño

El diestro madrileño ha fallecido esta madrugada, a los 80 años y víctima del cáncer, en su domicilio de la localidad navarra de Corella.

Pepe Teruel ha fallecido este viernes en la localidad navarra de Corella

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hermano mayor de quien fuera gran figura del toreo Ángel Teruel, José Luis Teruel Peñalver nació y se crió en el castizo barrio madrileño de Embajadores, que fue cuna de grandes toreros desde la aparición a mediados del siglo XIX del legendario Cayetano Sanz.

Después de recorrer los pueblos en fiestas junto a su padre con un puesto de baratijas, Pepe Teruel se inició en el toreo en el espectáculo cómico-taurino "Galas de Arte", hasta llegar a debutar con picadores en San Sebastián de los Reyes, en 1962.

Finalmente, logró tomar la alternativa en la temporada de 1966, concretamente el 5 de junio, cuando Miguelín, en presencia de Andrés Hernando, le cedió la muerte de un toro de la ganadería de Cerroalto en la madrileña plaza de Vista Alegre.

Después de solo cuatro corridas de toros, y tras un sufrir una grave cornada, cambió su carnet profesional para ejercer como banderillero en la cuadrilla de su hermano Ángel, diez años menor que él pero que salió lanzado a la primera fila del toreo desde su doctorado en 1968.

Las consecuencias físicas de otro serio percance sufrido en Barcelona le obligaron a retirarse del oficio en 1978, pasando entonces a ejercer labores de apoderado, entre otros muchos, de los diestros Roberto Domínguez o Joaquín Bernadó, al tiempo que figuró como empresario de algunas plazas menores, como la de Corella, localidad donde acabó instalándose y donde ha fallecido.

Con su buen hacer en los despachos y con un afinado conocimiento de la tauromaquia y su mundo, Pepe Teruel estaba considerado como uno de los grandes "clásicos" del toreo madrileño, uno de los últimos supervivientes de un ecosistema ya desparecido por la gentrificación y que tuvo su epicentro y su máximo esplendor en los bares en torno a la plaza de Santa Ana durante las décadas de los 60 y los 70.

Alma de todas las tertulias, que enriquecía con su amenidad y su gran memoria, era conocido especialmente por su forma de expresarse, manejando un particular lenguaje que oscilaba entre el cheli y el caló, hasta el punto de que siempre se especuló que fue una de las fuentes de inspiración de Jaime de Armiñán para crear su famoso personaje de "Juncal".

A expensas del fin de la pandemia, estaba a punto de cerrarse un gran festival taurino en su homenaje, organizado por varios de sus muchos amigos toreros.

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