4ª FERIA DE FALLAS
La naturalidad y el temple de Pablo Aguado convencen en Valencia
El diestro sevillano cortó la única oreja de un festejo en el que se lidió una corrida baja de raza de Alcurrucén. Vuelta para un esforzado Luis David.
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Manseó de lo lindo el primer toro de Alcurrucén en los primeros tercios. Corretón, sin fijeza y saliendo escupido del peto. Después, en el último tercio, tuvo ciertas dosis de nobleza. Álvaro Lorenzo firmó una faena templadita, aseada y técnica pero carente de conexión con los tendidos. Ni apretó el toro, ni apretó el torero. Solo se escucharon algunas palmas más fuertes en el epílogo por luquesinas. Una estocada caída dio paso a una petición que no llegó a mayoritaria.
El colorado segundo fue otro animal bajo de raza que no quiso saber nada de los caballos, recibiendo de refilón los puyazos que tomó. Hubo un amago de pique en quites entre Pablo Aguado y Luis David. El sevillano por chicuelinas y el mexicano por gaoneras. Hubo limpieza en las suertes interpretadas por ambos. Luis David después, muleta en mano, firmó una faena dividida en dos partes. La primera navegó entre los intentos del azteca en los medios para que el animal no huyese a tablas. La segunda, cuando el de Alcurrucén puso rumbo a los adentros y el torero le ligó sobre todo una tanda más ligada que reunida en el epílogo del trasteo. Dejó una estocada en la suerte de recibir y de nuevo la petición no terminó de ser lo suficientemente cuajada para que el palco concediese la oreja. Luis David dio la vuelta al ruedo como premio a lo realizado.
Al tercero, de perfectas hechuras, se le protestó su falta de fortaleza en los primeros tercios. Muy paciente Pablo Aguado, fue sustentando a base de temple las endebles embestidas de su oponente. El sevillano hizo crecer su faena cuando se acompasó y dibujó derechazos preñados de empaque y gusto. Una tanda por este pitón resultó la más lograda del conjunto por su naturalidad y resolución. Al natural el toro protestaba más y fue más complicada la ligazón. Gustó Pablo en su debut fallero y paseó un trofeo después de una estocada desprendida.
Álvaro Lorenzo tuvo cuarto toro de su lote otro animal de manejable condición pero de muy escasa raza y emoción que acabó muy parado. La labor del toledano no pasó nunca la raya de lo políticamente correcto y de nuevo costó un mundo conectar con los tendidos del coso de la calle Játiva. Una estocada tendida y una ovación fue el balance final para el joven diestro.
El quinto fue el toro de Alcurrucén con más movilidad y casta del sexteto. Un astado con el que Luis David se volvió a mostrar variado con el capote, en un lucido quite por zapopinas. Después, en el tercio de muleta, a la faena del mexicano le sobró metraje y le faltó más mando en las embestidas del toro, que en muchas ocasiones vino y fue a la muleta del mexicano muy a su aire. Media estocada y un descabello volvieron a dejar una petición insuficiente de oreja.
El sexto superó los seiscientos kilos en la báscula. Aún así, el toro se movió sin parar durante toda su lidia. Otra cosa fue cómo se movió. Su falta de raza le llevó a embestir con más genio que entrega. Pablo Aguado, muy asentado otra vez, intentó torear como si fuese bueno el de Alcurrucén. Temple y ganar la acción cuando el toro quería salir suelto fueron sus armas para ir desgranando las series. La emoción la ponía la descompuesta e incierta embestida del toro. Pero dos pinchazos y media estocada que necesitó de un golpe de descabello, alejaron a Aguado de redondear su actuación en Valencia.
Valencia, miércoles 13 de marzo de 2019. 4ª de Feria. Un cuarto de plaza.
Toros de
, bien presentados pero de desiguales hechuras. De juego descastado y manejable en líneas generales. Con más movilidad y casta el quinto. El sexto con genio.
Álvaro Lorenzo, saludos tras leve petición y saludos tras aviso.
Luis David, vuelta y saludos.
Pablo Aguado, oreja y silencio.