El boom de los alimentos con extra de proteínas: "Se asume que el producto ya va a ser saludable"

Un estudio destapa los secretos que oculta la industria de la alimentación en torno a estos productos

Unas natillas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Los alimentos proteicos inundan los lineales de los supermercados. Cada vez existe una mayor variedad de productos con una versión “rica en proteínas” que se comercializan con una estética que invita al consumidor a pensar que son más sanos. Sin embargo, un estudio realizado por FIstore.es, la firma de referencia en el ecommerce de fit-food saludable, desmiente las mentiras publicitarias que acompañan a esta industria, advierte que no debemos generalizar y da las claves para entender qué hay detrás del ‘high protein’.

Cereales, yogures, galletas, quesos, batidos, pan, etc. El listado de alimentos con una versión homóloga rica en proteínas no deja de crecer. “La industria alimentaria ha descubierto que los consumidores identifican los productos proteicos con un mejor rendimiento físico y con la buena salud en general, y lo está aprovechando para ofertar alternativas con más cantidad de proteínas, centrándose en lo específico y no en lo general, pues al final un producto no debe verse como una parte sino como un todo”, explica Luis Cañada, fundador de FITstore.es.

Para lograrlo, es habitual ver tácticas de alimentación engañosa basadas en un marketing en el que juegan con el desconocimiento generalizado de los consumidores al destacar los gramos de proteínas que contienen, como si realmente el cliente medio supiese cuál es la cantidad ideal y cuál no.

Todo esto se traslada a los envases, con colores intensos o un negro característico resaltado con unas letras blancas que resaltan las cualidades que más les interesan e ignoran las que rebajan su calidad nutricional. “En la mayoría de ocasiones se asume que por tener proteína el producto ya va a ser saludable de por sí. Es importante analizar el conjunto y no centrarse únicamente en un macronutriente. Por otra parte, las versiones 0% azúcares son aún más conflictivas si cabe, pues los polialcoholes pueden blanquear un etiquetado muy mediocre.”, explica Cañada.

El ‘Estudio del mercado proteico en España’ realizado por los expertos en nutrición de FITstore ha analizado cientos de yogures, barritas, tortitas, leches, bebidas vegetales, etc que encontramos en los supermercados con la estética de productos proteicos.

Además, la compañía española ha destapado, en su cuenta de Instagram en una comparativa, cómo la industria láctea utiliza formatos no estandarizados para posicionarse en el lineal con altos valores de contenido proteico. “Existen vacíos legales en el etiquetado que permiten confundir al consumidor de forma muy simple. Está muy de moda ahora plasmar las cantidades de proteína por ración, siendo que cada marca puede ofrecer esa recomendación en función de sus intereses”, explican desde la compañía.

Sin embargo, surgen dos preguntas: ¿Es tan sano cómo vende la publicidad de la industria alimentaria? y ¿cuál es la cantidad ideal de proteínas que debemos consumir?

“Normalmente es más saludable tomar un yogurt tradicional y consumir las proteínas a través de los alimentos que la aportan naturalmente, como la carne, pescados legumbres o huevos, entre otros”, explica Cañada. “Esto no quiere decir que los productos enriquecidos con proteínas no sean recomendables. Sumado a la falta de contexto y alarmismo de ciertas figuras en redes sociales, se está creando una gran brecha entre amantes y detractores cuando siempre han existido los grises”, resume.

No solo hay que fijarse en los gramos de proteínas

Hay que analizar los productos individualmente ya que entre los productos anunciados a bombo y platillo como ‘high protein’ encontramos algunos con unas cualidades nutricionales que los posicionan como sanos y otros que están lejos de serlo. “Hay productos que solo muestran parte de la realidad, ocultando otros ingredientes poco saludables o usando aminoácidos económicos que al final sirven para elevar los valores proteicos. Ya lo vimos hace unos años con el azúcar y ahora se está replicando en la proteína”, resume el especialista de FITstore.es.

Las proteínas son el macronutriente de moda que, al estar asociado al estilo de vida saludable propio de los deportistas, se ha destapado como un reclamo comercial para vender todo tipo de productos. De hecho, el origen de esta tendencia proteica proviene de las dietas hiperproteicas características de una nutrición deportiva en auge con el incremento de clientes que acuden a los gimnasios.

Consumo disparado de proteínas en España

La moda proteica también ha conducido a que los españoles consumamos más proteínas de las que debemos. Más concretamente, La Fundación Española de Nutrición (FEN) en su estudio Anibes indica que la ingesta de proteínas se encuentra “muy por encima de los límites recomendados” y señala que tan solo un 10% de los españoles siguen una dieta dentro del rango aconsejado. “El consumo es susceptiblemente superior (cerca de un 7%) entre los hombres que entre las mujeres”

“Está demostrado que un exceso proteico no se traduce en mayor músculo ni tampoco en más pérdida de peso. Son todos aspectos multifactoriales que normalmente se simplifican sin tener en cuenta el contexto”, detalla Cañada. Nuestro cuerpo solo puede absorber entre 20 y 40 gramos de proteína por cada ingesta y, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el requerimiento mínimo diario para un adulto se ubica en 0,8 gramos de proteínas por kilogramo de peso corporal.

“El high protein ya no es solo un mercado dirigido a culturistas o al rendimiento deportivo; el consumo de productos ricos en proteínas se ha popularizado reconociendo sus beneficios para la salud, con incluso multinacionales inclinándose hacia versiones proteicas de sus productos más vendidos. Es por lo tanto razonable anticipar que en los próximos años continuaremos viendo una presencia creciente de estas opciones en los lineales” sintetiza el fundador de FITstore.es.

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