Si tu coche no tiene un sensor de aparcamiento es porque no quieres: el ayudante más eficaz por 20 euros

La mayoría de los coches nuevos tienen este utensilio con el que podrás estacionar más rápido y sin sustos en forma de roces o choques innecesarios

Coches aparcados

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los asistentes de aparcamiento son una herramienta muy útil para evitar darte golpes con el coche. En concreto, según un estudio del Insurance Institute for Highway Safety, contar con este dispositivo reduce un 28% las colisiones. Además, si cuentan con cámara de marcha atrás y sistema de frenado autónomo trasero, estas colisiones se reducen en un 78%. Lo mejor de todo esto es que no es una herramienta excesivamente cara, por lo que tendrás todas estas ventajas a un módico precio.

Los talleres de reparación reciben una gran cantidad de vehículos que acuden para pasar por chapa y pintura. Detrás de este motivo de visita se esconde en un elevado porcentaje los daños sufridos durante el estacionamiento. Arañazos, roces o pequeños golpes contra otros coches o columnas son los causantes de estos percances leves en la carrocería. No siempre el seguro cubre estos desperfectos, por lo que es una opción más que interesante contar con un asistente de aparcamiento.

Aunque la mayoría de los vehículos modernos cuentan con un asistente integrado, que avisa lo cerca que estamos de chocar con la pared de atrás, no está de más contar con otro tipo de ayuda. Hay quien se conforma con el aviso de sonido al acercarse a un obstáculo. Otros prefieren ver a qué altura les queda la pared de atrás. También hay asistentes visuales que permiten ver todos los obstáculos que se crucen por delante o detrás del coche. Todos ellos son muy sencillos de instalar y casi cualquier parachoques los acoge.

Bueno, bonito y barato

Los sensores de aparcamiento con cable resultan más económicos, en torno a la franja de los 20 euros. Además, tienen la ventaja de que son tan precisos como para no tropezarse con una farola. Pero si tienen un contra es que la instalación cuenta con alguna dificultad. La principal es que deberás llevar un cable desde la centralita de los sensores hasta el salpicadero donde podrás ver, ya sea en metros o colores, la distancia entre el vehículo y el objeto que estorba a la hora de aparcar.

El inalámbrico supera esa adversidad que se puede presentar en la instalación, pero tiene una desventaja que con el cable nunca puede suceder. Las interferencias de otras señales pueden provocar que la precisión con respecto a la distancia de la dificultad que se nos presenta a la hora de aparcar no sea tan exacta. En cualquier caso, es la solución favorita de los conductores, ya que la relación calidad - precio suele compensar, sobre todo en el aspecto de que incluso cualquier usuario puede hacer la instalación. Es recomendable de todas formas que se haga en un taller.

Hay un pero en estos dos tipos de sensores: si se golpean, son muy frágiles. Además, con la excepción de los que se colocan en el maletero del vehículo, suelen requerir de perforar de alguna manera el parachoques. Para no enfrentarse a estos inconvenientes están los sistemas electromagnéticos. Se trata de una cinta metálica de reducidas dimensiones que se coloca en el interior del paragolpes. Una vez instalada, se conecta a la centralita. Eso sí, si tu parachoques es de metal no puedes optar por esta opción.

Herrera en COPE

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