La razón por la que la mayoría de los aviones son blancos y no tiene nada que ver con las nubes
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Ver aviones cada minuto por encima de nuestras cabezas se ha vuelto más rutinario que lavarse los dientes. Esto ya es algo que forma parte de nuestra vida cotidiana y ya está tan normalizado que muy pocas veces nos hemos llegado a preguntar acerca de estas enormes aeronaves. Pero hay un rasgo de su aspecto que a todos les hace ser iguales, y da igual a dónde viajen o de qué compañía aérea sean: su color blanco.
Al incio de la historia de la aviación no era así. Antiguamente los aviones no se pintaban de ningún color y se dejaban a la vista sus fuselajes de aluminio pulido o el propio cuerpo del avión. En 1970 esta tendencia cambió. La aerolínea Air France empezó a introducir el color blanco en sus aviones. La decisión de pintar sus aviones de blanco no era para que el avión se viera más bonito o menos feo, no era para mantener una buena estética, sino que era más bien una elección fundamentada en aspectos técnicos y prácticos que giraban en torno a obtener una buena optimización del mismo.
¿Por qué el blanco?
Al ver que una compañía como Air France pintaba sus aviones de blanco, y que lo que hacían funcionaba bien, las demás aerolíneas se hicieron eco de este revolucionario concepto y empezaron a copiar a la compañía francesa. El blanco es un color que refleja la mayor parte de los rayos procedentes del sol, a diferencia de otros colores como el negro, que tiene la tendencia de absorber los rayos y, por ende, a calentarse más de lo debido.
A los aviones les pasa como a cualquier vehículo que está mucho tiempo bajo el sol, se calientan. En este caso, los aviones están la gran mayoría de tiempo parados en las pistas esperando a su despegue, y por ende, bajo un sol abrasador. El problema vendría si estuviera pintado de un color oscuro, este podría llegar a sobrecalentarse haciendo que resulte incómodo para los pasajeros. Pasa lo mismo en los coches, que cuando están mucho tiempo dándoles el sol, se queman y es imposible entrar en ellos. Por ello, pintarlos de blanco ayuda a que el avión no absorba el calor, y por lo tanto, a que no solo el motor no se sobrecaliente, sino que también ayuda a que los pasajeros viajen más cómodos.
Ahorro de costes
Asimismo, el blanco es un color que conlleva mucho menos gasto económico que tener un avión pintado de un color oscuro. El blanco es perfecto para detectar posibles fallos o imperfecciones en la superficie. Teniéndolo así, es más fácil identificar imperfecciones como manchas de aceite o combustible y abulladuras o golpes. Además, es muy importante para tener un buen mantenimiento y seguridad del avión.
Los aviones que estén pintados de un color oscuro tendrán más problemas con la radición del sol, ya que esto podría desgastar el diseño, haciendo que se decoloren muy rápido. A día de hoy, hay multitudes de aeronaves de todos los colores sobrevolando los cielos de todo el mundo. Sin embargo, el blanco sigue siendo la elección preferida por todas las compañías por cuestiones de aerodinámica, estética e imagen de la marca.