¿Sabías que el primer campeón del mundo de ajedrez fue un sacerdote español?
La 'Apertura Española', una de las más utilizadas en la actualidad, nace con él hace casi cinco siglos

Un sello camboyano de 1986 con la imagen de Ruy López de Segura.
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Hace más de cinco siglos ya había quien se devanaba los sesos pensando en qué diagonal infligiría mayor daño un alfil, o qué columna conviene más ocupar con una torre. Dilemas universales, aún sin resolver a día de hoy. Aunque, pensándolo bien, esa es parte de la magia del ajedrez, su capacidad infinita, su matemática inexacta.
Emergió entonces, entre los mejores jugadores del momento, la figura de un sacerdote español, considerado el primer campeón del mundo de ajedrez. Zafrense, nacido hacia 1530, Ruy López de Segura pasó a la historia, no solo por alcanzar la primera corona sino por crear una de las aperturas, la 'española', más utilizadas aún a día de hoy y por publicar, en 1561, el 'Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez', en Alcalá de Henares.

Extracto del tratado de ajedrez de Ruy López de Segura.
"niño de Çafra"
Tiempos de flauta y laúd en una España de calles empedradas, de mercaderes ambulantes y de capas. De doncellas, niños que juegan en la calle y campesinos. De Lope, De Cervantes y El Greco. De la Armada Invencible, La Habana española y de Magallanes y Elcano. De marineros en tabernas, presos en calabozos y bufones en la corte. La España del Siglo de Oro.
España en la que también había hueco para el ajedrez. Lo que sabemos sobre la niñez de Ruy López de Segura hay que agradecérselo, en gran medida, al escritor toledano Sebastián de Covarrubias. Su gran obra, 'Tesoro de la lengua castellana o española', publicada en 1611, versa “otra Çafra hay en Extremadura, donde hubo un muchacho, que siendo de muy poca edad, era tan gran jugador de ajedrez, que todos le reconocían la ventaja, y quedó el nombre del niño de Çafra”.
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Lo que, desde entonces, acontece en la vida de López de Segura se deduce de sus dos obras publicadas, el tratado de ajedrez, de 1561, y la 'Gramaticæ institutiones', de 1563. La tercera parte del séptimo capítulo de su primer libro narra uno de sus viajes a Roma, hacia 1560, durante el pontificado del papa Pío IV, y varias de las partidas que allí jugó.
Todo gran campeón del mundo necesita un rival, un jugador con el que medir su fuerza, un antagonista que le permita sentirse el protagonista. Aparece por primera vez un joven ajedrecista que, según el escrito, se hacía llamar el ‘muchacho de Roma’. Giovanni Leonardo Di Bona da Cutri, considerado el mejor jugador de ajedrez en el momento de sentarse a disputar una serie de partidas, cuyos movimientos conocemos hoy, frente al sacerdote español.
un juego sin cabida para el azar
El ajedrez es el único juego del mundo en el que no hay espacio para el azar. Ninguna condición ajena al tablero, las piezas o los jugadores tiene algo que decir durante una partida. Un peón no tiene por qué avanzar si la mano que hay detrás de él no lo decide así, sin embargo, efectuado el movimiento, no hay vuelta atrás. El Gran Maestro Savielly Tartakower solía decir que "gana al ajedrez quien comete el penúltimo fallo".

El Gran Maestro ruso Savielly Tartakower durante una partida de ajedrez.
En nueve y 12 movimientos ganó Ruy López de Segura las dos partidas que jugó, en 1960, frente a Giovanni Leonardo Di Bona da Cutri. En sendas ocasiones, el jugador italiano perdió una de sus dos torres a cambio de un caballo, viéndose obligado a abandonar, ante la perspectiva de transitar por un medio juego de sufrimiento y un final de escasas oportunidades.
Desde ese momento, el número uno ya no lo era por consideración, sino por el resultado de un duelo. Ruy López de Segura se erigió como el primer campeón del mundo de ajedrez, hace 450 años.
todo caballero concede una revancha
En 2025 se disputarán cientos de campeonatos, cada uno con cientos de participantes, en cientos de países. Sin embargo, en 1575 sólo se disputó uno, el primero de todos, organizado por el entonces rey de España, Felipe II, en su residencia de El Escorial. Fue una cita a la que acudieron cuatro jugadores, da Cutri entre ellos, dispuesto a arrebatarle la gloria a López de Segura, también presente.
Y así sería. El italiano se impuso al español en las dos partidas que disputaron, demostrando que, quince años después de su primer enfrentamiento, era él quien estaba en mejor estado de forma. De esta manera, da Cutri pasaba a la historia por ser el segundo campeón del mundo de ajedrez, título que hubo de compartir con su compatriota Paolo Boi, 'il Siracusano'.

Luigi Mussini retrata el primer torneo de ajedrez de la historia, en El Escorial, con el clérigo Ruy López de Segura sentado ante el tablero, con hábito rojo, y da Cutri de pie al otro lado, de amarillo.
el legado de ruy lópez de segura
La 'Apertura Española', también conocida como 'Ruy López', es el mayor legado del ilustre pacense. Dommaraju Gukesh, el último campeón del mundo, indio y de 18 años, la utilizó, sin ir mas lejos, hace escasas semanas, en una partida del 'Tata Steel Chess' frente al Gran Maestro León Mendonca. Lo cierto es que, a diario, tanto en partidas entre aficionados como en campeonatos de primera fila, miles de jugadores de todas partes del mundo emplean la salida que elaboró Ruy López de Segura hace cinco siglos.
Hay más posiciones posibles sobre un tablero de ajedrez que átomos en el universo. Al menos, según el llamado número de Shannon, que las cifra en 10¹²⁰ frente al 10⁸⁰ calculado para los átomos. Desde hace cientos de años, muchos Grandes Maestros y teóricos del ajedrez, incluso, ayudados por los ordenadores que son capaces de calcular millones de jugadas por segundo, han dedicado una inagotable cantidad de tiempo a descifrar cual es la mejor jugada posible en muchos de esos escenarios, o cual es la apertura que, con más posibilidades, puede conducir a una victoria. Sorprendentemente, la ideada por el sacerdote zafrense, Ruy López de Segura, hace más de 450 años, es una de ellas.